¡ABAJO LA IDEOLOGÍA!
Por: Rubén Darío Barrientos G.
El doctor Humberto de la Calle, ha dicho (El Colombiano, 11 de enero de 2018) que “entre el doctor Fajardo...
LA CONTRALITIS, UN LASTRE
La noticia zumba en los oídos: “La Fiscalía capturó a seis periodistas de Pereira, acusados de acceder a contratos con la Oficina de Comunicaciones de la Alcaldía de Enrique Vásquez (2012-‘2105) sin cumplir los requisitos legales y por un valor de $ 520 millones” (El Colombiano, 24 de agosto de 2017). Muchísimos contratos con entidades del sector público, se han vuelto “la paga” a los favores recibidos y a la reciprocidad, es decir, vienen en papel regalo y con moño de corrupción.
VOTOS NULOS
No se ha hecho un análisis pormenorizado y sesudo, acerca de la gran cantidad de votos nulos que arrojó la liza electoral del pasado 11 de marzo. Se ha hablado de la abstención del 51%, de las fotocopias de no pocos tarjetones para la consulta interpartidista, de la inusitada compra de votos, de quiénes ganaron y quiénes perdieron, de que esta fue la “primera vuelta” para la contienda de presidencia de la república [considerando que habrá “tres vueltas”, si miramos con objetividad que la consulta fue termómetro para Duque y Petro], de posibles alianzas o coaliciones –aunque ya disipadas–, etc.
¡AY HOMBE, NATALIA!
El 19 de junio de 2015, la inefable Natalia Springer firmó un polémico contrato (¡otro más!) con el alcalde de Valledupar de entonces, Fredys Socarrás, por la friolera de $ 1.400 millones. Su objeto en el papel era el de retribuir unos eufemísticos talleres de formación de cogestores de paz y el término que convinieron las partes para su ejecución, fue de tres meses.
ÑOÑO ELÍAS
Por pedido de la Fiscalía General de la Nación, la sala de instrucción de la Corte Suprema de Justicia anunció que abrirá investigación preliminar contra el senador Bernardo Miguel Elías Vidal, más conocido como Ñoño Elías, por una presunta participación suya en líos de corrupción con la firma brasilera Odebrecht. Que el nombre de Ñoño Elías aparezca una vez más en escándalos no es extraño, pues este personajillo adscrito al santista Partido de la U, ha estado involucrado en los ruines carteles del síndrome de Down y de la Hemofilia, en Córdoba, amén del carrusel de la contratación en Bogotá.
LA BOBERÍA DE ABAD
El 19 de septiembre último, Héctor Abad Faciolince le lanzó mandobles al candidato a la alcaldía de Medellín, Juan Carlos Vélez, en su columna “Historia de tres ciudades” publicada en El Espectador, y dijo de él que “no sabe dónde está parado y además es bobo”. Le agregó más mofas y lo vituperó de manera inmisericorde. Toda una falta de respeto para una persona muy calificada y que va ganando las encuestas para el cargo de burgomaestre de esta ciudad. El vicio de Abad de despotricar de la gente no es nuevo: sus columnas están llenas de viaraza y de agravios, para quienes no son santos de su devoción. Su forma de pontificar es arrogante y su estilo es bélico por naturaleza.