El Pacto por la Paz Urbana, liderado por el presidente Gustavo Petro en la plazoleta La Alpujarra de Medellín, dejó ver el cinismo -entendido como “desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables”, según la Real Academia Española- de políticos y gobernantes que saben que no es la primera vez que jefes o miembros de grupos armados al margen de la ley son invitados a actos políticos públicos. El exrepresentante a la Cámara y delegado del Gobierno nacional en el Espacio Sociojurídico de la Cárcel de Itagüí, Ramón Elejalde, nos invita a la reflexión en su “Contracorriente”, despejando la memoria de muchos ciudadanos y enterando a otro tanto, de actuaciones que ahora le reprochan al presidente Petro con tremendo escándalo mediático, actuaciones que les trataron con total “indulgencia” a otros gobernantes los medios de comunicación, los gremios, opinadores y líderes políticos.