¡SOMOS, SERES HUMANOS!

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En nuestra calidad de seres mortales, débiles y apasionados, estamos determinados constantemente a equivocarnos. De allí, proviene el afortunado adagio popular según el cual errar es de humanos. Precisamente, ello es lo atractivo de ‘ser’ personas: podemos cometer errores, una y mil veces, ya que nuestra naturaleza está determinada para cumplir dicho fin.