Hoy Colombia reclama una reforma tributaria estructural, que promueva el empleo, que estimule la inversión, que genere una alta productividad, que impulse la competitividad, y que reduzca la inequidad y la pobreza.

Para la concejal de Medellín, Aura Marleny Arcila Giraldo, una reforma no necesariamente implica aumentar impuestos. “Al contrario, en algunos casos, es necesaria una reducción en los impuestos de renta para estimular el crecimiento económico y la generación de empleo”, dice la Concejal Liberal.

Agrega que se requiere una reforma tributaria que aumente los niveles de recaudo, que elimine los beneficios tributarios y que reduzca la evasión tributaria: una administración tributaria eficiente con medios idóneos para perseguir los delitos tributarios complejos y con verdaderas estrategias antievasión, como las que propone el actual director del la DIAN para  utilizar más el dinero plástico.

“Es imposible pensar en una reforma tributaria estructural, cuando la tasa de evasión en renta es actualmente del 34% y la del IVA, del 22%”, sostiene la Concejal, quien es contadora pública y especialista en políticas y legislación tributaria.

Colombia históricamente ha registrado un alto desajuste en las finanzas públicas, lo que se constituye en un obstáculo a las políticas de crecimiento económico. Por esta razón, en los últimos  años se han presentado  cantidad de reformas tributarias con el propósito de corregir el déficit fiscal, aumentando los ingresos públicos y dejando a un lado lo estructural. Es así como, a pesar de los esfuerzos por reducir el déficit fiscal, se sigue manifestando un alto desequilibrio entre los ingresos y los gastos públicos, que pone en riesgo los programas de estabilidad económica que adelanta el Gobierno.

“Sólo mediante una reforma tributaria estructural, el país le puede apostar al desarrollo regional y a la descentralización”, señala.

Aura Marleny Arcila recuerda que actualmente hay dos proyectos de Ley pendientes de aprobación en el Congreso de la República. Uno es sobre Sostenibilidad Fiscal, el cual establece que un proyecto económico, cultural o social sólo es viable si el Estado puede financiarlo; y el otro es un proyecto de Regla Fiscal, con el cual se busca que el Gobierno Nacional se comprometa a gastar al ritmo del crecimiento.

“Estos dos  proyectos son necesarios para garantizar la salud fiscal del país, pero hay que estar alertas para que puedan implementarse adecuadamente, ya que exigen una reforma tributaria inmediata que le genere al Gobierno más ingresos. De no realizarse, las limitaciones fiscales originadas en los drásticos controles al gasto público producirán efectos negativos sobre el crecimiento económico proyectado”, alertó la Concejal Liberal.

Una reforma tributaria debe apoyarse en una política económica estable, simplificada, sostenible y justa que genere  buen desempeño económico, eleve los niveles de competitividad, brinde bienestar a la población y aumente la recaudación fiscal.

“Seguramente, la reforma tributaria que va a proponer el Gobierno va a considerar la posibilidad de elevar los impuestos que gravan a productores y consumidores, y posiblemente desmonte algunos impuestos antitécnicos. Pero la mejor reforma tributaria que debe aplicarse es la que busca alcanzar tasas de crecimiento económico superiores al 5.5% anual de manera sostenida, lo que indudablemente aumentará la demanda interna y mejorará notoriamente las finanzas públicas en Colombia”, concluye Aura Marleny Arcila Giraldo.