Juan Diego Gómez abandonó su aspiración a la Gobernación de Antioquía por el Partido Conservador para adherir a la candidatura de Luis Fernando Suárez.

Esto es un pequeño sacrificio por Antioquia. No podemos permitir que nuestro departamento quede en manos de la izquierda y que Gustavo Petro se salga con la suya. Hoy adhiero al candidato que más opciones tiene de ganar, quien seguramente con esta suma será el próximo Gobernador, porque acá tenemos una responsabilidad moral: cuidar y salvar a Antioquia, para que no le hagan a nuestra tierra lo mismo que ya le hicieron a Medellín y le están haciendo a Colombia“, manifestó Gómez Jiménez.

En eso quedó la Gran Coalición por Antioquia (“Pacto de Indiana” o “Antioquia Plural”) en la que Juan Diego Gómez fue gran animador: en Eugenio Prieto con Andrés Julián Rendón y en Juan Diego Gómez con Luis Fernando Suárez, pese a que éste siempre despreció la invitación que le hicieron Gómez, Prieto, Rendón y Mauricio Tobón a que se les uniera. Con el agravante que, además, Suárez señaló de imposible, por principios y convicción, hacer cualquier tipo de alianza con Mauricio Tobón y con Juan Diego Gómez.

No obstante, el pragmatismo superó la dignidad, permitiendo que la garganta de Luis Fernando Suárez, que “es estrecha para tragar sapos” como Mauricio Tobón y Juan Diego Gómez -según le respondió a El Colombiano como respuesta a la pregunta de por qué no aceptaba la invitación a hacer parte de la Gran Coalición por Antioquia-, ahora se dilate para tragarse enterito a Gómez.

Leer Más: GRAN COALICIÓN POR LA ANTIOQUIA DE LUIS FERNANDO SUÁREZ

En el caso de Juan Diego Gómez, el odio al “Petrismo” le ha llevado a soslayar el pundonor y la respetabilidad, al dejarse tragar por la “estrecha” garganta de Luis Fernando Suárez, quien ha aceptado dilatarla para engullirse el “sapo” que hasta este jueves, 26 de octubre, no le permitían hacer los principios, las convicciones y la coherencia.

El costo político y personal de la decisión de Gómez se empieza a asomar con comentarios como los de su amigo y copartidario, Carlos Mario Montoya, quien lamentó lo que cree es el deshonor de aliarse con quien lo consideraba “un sapo difícil de tragar”.

La otra consecuencia práctica, pero con efecto de bumerang, es que la decisión de Gómez Jiménez deja en libertad a los corporados del Partido Conservador, como Carlos Andrés Trujillo y Germán Blanco, de adherir abiertamente a Luis Pérez, quien es el candidato a vencer por su nuevo aliado, Luis Fernando Suárez.