Jorge Gómez Gallego

Por: Jorge Gómez Gallego

Como lo prometido es deuda, procedemos con la segunda entrega de esta radiografía del Gobierno encabezado por quien afirma pensar en grande, aunque medido por sus ejecutorias, esos pensamientos parecen ser más de un tamaño similar al de los habitantes de Lilliput, que al de Gulliver.

Hoy miraremos dos de los proyectos incluidos en el Plan de Desarrollo, enunciados como “detonantes”. En ese momento consideré tan desproporcionado el calificativo para tan pobres objetivos, que en la discusión de la ordenanza recuerdo haber invocado, de forma jocosa, la enorme preocupación que debiera estar asaltando a los habitantes del Japón ante la “amenaza” de un devastador tsunami generado por una “detonación” de tal magnitud en estas latitudes. En línea con la parodia, puedo continuar diciendo que hoy los japoneses deben haber recuperado la calma, pues el anuncio versus los resultados terminó siendo más parecido al parto de los montes de la fábula de Esopo, que a una gran detonación. Ahondemos sin más preámbulos.

Dos de los principales ejes del Plan de Desarrollo “Pensando en Grande” son la creación de la Empresa de Desarrollo Agropecuario y la recuperación del Ferrocarril de Antioquia. Con respecto a la Empresa de Desarrollo Agropecuario, denominada “Antioquia Siembra”,  hoy han descubierto lo que este Diputado del Polo señalara en su momento: que la empresa es inviable.

Con claridad reiteré que las únicas maneras de garantizar ingresos dignos para nuestros campesinos, en el marco de la globalización neoliberal, son dos. Una, colocar aranceles a los productos agropecuarios que ingresan al país con enormes subsidios, medida que no es potestad de la Gobernación ni de la Asamblea Departamental y además va en contravía de lo acordado por nuestros mandatarios nacionales en los tratados de libre comercio.  La otra consistiría en otorgar subsidios, pero para una empresa como la propuesta por el doctor Pérez y sus muchachos, implicaría destinar enormes sumas de dinero orientadas a comprar las cosechas a precios por encima de los que la recolonización imperialista impone en el mercado.

Pues bien, quien “piensa en grande” ya empezó a tramitar en la Duma un proyecto de ordenanza para transformar la Empresa en un modesto fondo para otorgar unos pocos subsidios. Bienvenido cualquier apoyo a nuestros productores, pero el tal proyecto “detonante” tiene todas las de quedar convertido en una papeleta con la pólvora mojada.

En cuanto al Ferrocarril de Antioquia, descrito en los anuncios de prensa como un proyecto revolucionario para la región y que en su grandilocuente imaginación ha extendido sus líneas hacia Urabá y unido La Pintada con Puerto Berrío, ha resultado fuego fatuo del ilusionismo.

El primer desacierto corre por cuenta de la propia gobernación cuando nombra al doctor Juan Felipe Campuzano para el cargo de Gerente del anunciado “Ferrocarril de Antioquia S.A.S.”. Un mes después de designado, su posesión seguía pendiente. Llamé la atención sobre el tema en la Asamblea, denunciando que no había encontrado donde radicar un derecho de petición para solicitar información sobre el avance de los estudios, pues el gerente de la empresa debía ser un fantasma, ni oficina, ni correo electrónico, ni una sola pista para encontrarlo. Procedió el Gobernador entonces a destituir al que no se había posesionado y a encargar del espejismo al Secretario de Infraestructura.

Un gobierno serio primero adelanta estudios, planifica el proyecto desde su fase más incipiente hasta su culminación y, sobre todo, no hace ruedas de prensa y anuncios sino hasta cuando haya pistas serias sobre la viabilidad de lo que se propone.

Sin empezar, en este tema solo han aparecido obstáculos que resultarían insalvables. Comencemos por el que se deriva de la circunstancia que el proyecto urbano “Parques del Río”, en su fase 1B, por el que debe pasar el tren, comprende un deprimido que lo obliga a acometer una pendiente de 4.5%. El INVIAS ha establecido con claridad que este tipo de transporte férreo solo puede ascender máximo el 1.5%. El señor Gobernador ha dicho que su despacho asumirá los costos de los nuevos estudios, aunque expertos en el tema han informado que el cambio de diseño implicaría iniciar la pendiente desde La Aguacatala, lo que incrementaría los costos de la obra en proporciones descomunales. ¿Está dispuesto el Municipio de Medellín a efectuar ese cambio?

No solo el paso por Medellín se ve obstaculizado por este deprimido. También está el obstáculo de una de las orejas de acceso al puente de la Madre Laura: no dispone de espacio suficiente en altura para el paso del tren, amén de otros problemas más graves como son las inciertas fuentes de recursos con los que se ejecutaría el proyecto; la precaria cesión de la franja férrea hecha por el Gobierno Nacional al Departamento en condiciones de comodato por 35 años y, sobre todo, los recursos con los cuales se subsidiaría el transporte de pasajeros, pues todos los estudios realizados hasta hoy dan cuenta que las tarifas cobrables son insuficientes para su sostenibilidad financiera.

Anunciar sin estudiar, hacer ruido sin planificar, eso sí, con proyectos que suenan bien a la galería, es sin duda la impronta del actual gobierno departamental. Y una prueba de ello es que su gabinete no le duró ni diez meses. Ante los escándalos de irregularidades y corrupción y para tratar de echarle agua fría a las graves denuncias hechas por este corporado sobre las indefensables actuaciones de su Contralor de bolsillo, pidió la renuncia a todos sus colaboradores, quienes en promedio llevaban seis meses de posesionados. Este hecho constituye prueba inequívoca de la dudosa capacidad que posee el que “piensa en grande” para elegir el equipo de trabajo.

Anuncio una tercera parte, pues es insuficiente el espacio y aún hay más.