Jorge Gómez Gallego

Por: Jorge Gómez Gallego*

La película alemana dirigida por el italiano Giulio Ricciarelli, “La conspiración del silencio” vista en las salas de cine colombianas hace dos años, define la áspera sensación que me produjo el manejo dado por la mayoría de los grandes medios de comunicación -y de muchos periodistas que parecen fletados-, al extraordinario debate adelantado el pasado 17 de octubre por los candidatos presidenciales de Alianza Verde y del POLO, Senadores Claudia López y Jorge Enrique Robledo.

El personaje central, el joven fiscal Johan Radman interpretado por el actor Alexander Fehling, sintetizó en la película a los tres fiscales que en la vida real desentrañaron, 20 años después del fin de la segunda guerra mundial, el horror del campo de concentración nazi de Auschwitz. El filme narra cómo desde las más altas cumbres del poder alemán  trataron de ocultar la criminal práctica de los germanos antisemitas.

Ese campo de concentración aunque estuvo en los registros de la posguerra con las torturas y ejecuciones masivas que allí ocurrieron, solo se conoció por una investigación adelantada en los años sesenta. Allí se reveló el papel de Josef Mengele y sus monstruosas prácticas para imponer la supremacía aria.

Pocos en Alemania querían destapar esa vergüenza y cuando en la película el Fiscal Radman, y en la vida real los fiscales  Joachim Kügler, Georg Friedrich Vogel y Gerhard Wiese lo logran, lo hacen contra toda una conspiración manipulada desde los más altos poderes del Estado para que la verdad se conociera.

En este caso Jorge Robledo y Claudia López representan el papel jugado por el fiscal Radman. Es evidente la conspiración que pretende impedir esclarecer y llegar al fondo de la verdad del proceso Odebrecht. Es tan escandaloso el asunto que ni las pruebas llegadas de Brasil y Estados Unidos han servido para sancionar las campañas electorales de Santos y Zuluaga, y sus responsables, por haber recibido dineros procedentes de esa empresa criminal.

Es sospechoso que el diario El Tiempo, de propiedad de Luis Carlos Sarmiento Ángulo, el patrón de Néstor Humberto Martínez, le haya hecho una extensa entrevista al alto funcionario el domingo 22 de octubre. Solo pasaron cinco días después del debate en el que quedó claro su impedimento para investigar el caso Odebrecht, por haber sido abogado de Navelena, la Ruta del Sol y Corficolombiana, de propiedad del banquero. Encajó perfectamente su nombramiento porque se veía venir la ola Odebrecht para encabezar la “conspiración del silencio”. Martínez se sostiene en su cargo por el apoyo que le brindan Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos, Germán Vargas Lleras y Luis Carlos Sarmiento Angulo. Y contra toda evidencia ¡no le han formulado ni media pregunta sobre el tema! Si esto no es una conspiración, ¿qué es?

Es de forajidos el trato que la Revista Semana le da a las candidaturas de López y Robledo, ignorándolas de manera odiosa, cuando son las únicas que cuentan con el aval de sus partidos de manera oficial. Pero más perverso que todo lo anterior, es el silencio sobre las calumnias, mentiras y propaganda negra que se ha desatado desde las cúpulas del Centro Democrático y la Unidad Nacional, contra los valerosos senadores que afrontaron el debate.

Las conspiraciones del silencia son efectivas solo durante un tiempo. La verdad terminará brillando y el pueblo colombiano no será inferior al reto de derrotar en las elecciones del año venidero a quienes están sosteniendo este inaceptable pacto de impunidad.

*Ex Diputado, dirigente del POLO y aspirante a la Cámara de Representantes por Antioquia.