Por: Gabriel Zapata
La bancarización en Colombia, viene creciendo de forma significativa y así lo soportan las cifras. Para el año 2002, el 39% de la población adulta poseía al menos un producto financiero, en el 2006 la cifra aumentó al 51% y el último reporte de la Asobancaria dio cuenta que el 62% de los colombianos mayores de edad, tienen algún tipo de relación financiera con las entidades bancarias, esto es, 18.5 millones de personas.
La Asociación Bancaria y de Entidades Financieras se propuso promover el aumento de la penetración de los bancos a través de cuentas de ahorro, créditos de consumo, microcréditos e infraestructura financiera; y a juzgar por las cifras, el método viene entregando resultados certeros, que se traducen en crecimiento económico y en una mayor productividad del país, toda vez, que con mayor facilidad se otorga financiamiento a diversos proyectos, los cuales a su vez, generan empleo, desarrollo y rentabilidad.
Recientemente la Revista Británica especializada en Finanzas, The Banker, a través de un importante reportaje titulado: “Un sorprendente cielo seguro”, destacó el progreso de la economía nacional y cataloga al sector financiero colombiano como uno de los más sólidos de la región. El escrito pondera además la transformación que ha presentado Colombia en los últimos diez años y señala que es un destino seguro de inversión, comparado con otros mercados del mundo. Por su estabilidad y crecimiento los bancos colombianos tienen una excelente imagen y proyección, lo que ha originado su crecimiento en el mercado internacional, particularmente en Suramérica y Centroamérica.
Al destacar la expansión de la banca, es bueno recordar, que mientras las grandes economías mundiales padecían la crisis financiera global, Colombia tuvo una buena resistencia, gracias en buena parte a la solidez del sistema financiero colombiano.
En un país de bajos ingresos, con una alta tasa de desempleo e inestabilidad laboral, principales motivos para que un colombiano no tenga al menos una cuenta bancaria, el hecho de que 19 millones de usuarios hagan parte del sistema financiero local, es sin duda un tema a subrayar; sin embargo, es imposible dejar de insistir en los altos costos financieros que aún presentan las entidades bancarias y que afectan la relación de las personas con los bancos y corporaciones crediticias. El propio Presidente Juan Manuel Santos le ha solicitado al sector bancario, bajar los costos financieros y eliminar la tasa de usura; igualmente facilitar los medios para que los clientes puedan tener una cuenta bancaria y reducir los requisitos para ingresar al sistema bancario.
Son acciones que son posibles y efectivamente estimularía mucho más la relación de los colombianos con la banca, pues al reducir los costos, habrá una mayor motivación a obtener estos servicios financieros.
Bien por la propagación de la Banca Colombiana, pero mejor aún, que la misma considere un carácter más social con sus clientes, esencialmente con quienes por poseer un bajo nivel salarial, aun están marginados del sistema monetario del país.