Se trata, especialmente, de los cerca de 9.500 empresarios que deberán pagar el Impuesto al Patrimonio a partir del 1 de enero de 2011, como lo ordena la Reforma Tributaria que prolongó en el tiempo este gravamen para los colombianos que poseen un patrimonio superior a los 3.000 millones de pesos. El representante a la Cámara, Óscar de Jesús Marín, no pudo evitar la aprobación del Proyecto de Ley, pero como Contador Público, fue capaz de hacerle ver al Ministerio de Hacienda y Crédito Público el gran error que iba a cometer con los empresarios, precisamente en tiempos en que la crisis económica más los ha afectado.
 

El Congresista antioqueño explica que “el Gobierno les prolongó el Impuesto al Patrimonio durante cuatro años más. Pero, además, la Ley contiene un artículo sumamente lesivo para los empresarios, porque ordena que el Impuesto se debe causar en su totalidad el 1 de enero de 2011, castigando su Estado de Resultados y quitándoles capacidad de endeudamiento, pese a que los pagos del Impuesto se harán en ocho cuotas iguales entre 2011 y 2014”.

La propuesta de Óscar Marín, ya aceptada por el Gobierno Nacional, es que los empresarios podrán contabilizar el Impuesto al Patrimonio, “no de un solo tajo en enero de 2011, sino durante los cuatro años en que éste será pagado en ocho cuotas, de tal manera que no castiguen su Estado de Pérdidas y Ganancias”,  

El Gobierno Nacional, por medio de su Ministro de Hacienda, adquirió el compromiso que una vez aprobada y sancionada la Ley, emitirá un Decreto Reglamentario para acoger la propuesta del Representante Liberal de no obligar a los empresarios a causar el 100 % del Impuesto al Patrimonio en un solo año.

Las incoherencias del Gobierno Nacional

Según Óscar de Jesús Marín, el Gobierno Nacional había mostrado su incoherencia en el manejo macroeconómico del país, primero, cuando rechazó la Reforma Laboral que quiso devolver a los trabajadores el pago de las horas nocturnas, so pretexto de no afectar a los empresarios y acentuarles la crisis económica; y en segundo lugar, decretando un aumento del salario mínimo muy por debajo de su real capacidad adquisitiva, en una marcada tendencia a favorecer a los empresarios por encima de las necesidades de los trabajadores.

“La incoherencia del Gobierno –asegura Marín- es que ahora pretendía golpear a los empresarios, sin importar la crisis económica, exigiéndoles la contabilización del Impuesto al Patrimonio en una sola cuenta, afectándoles su Estado de Resultados”.

Pero la propuesta de Óscar Marín en el Impuesto al Patrimonio fue aceptada, favoreciendo a los empresarios colombianos.