El exdirector del INDER, Juan David Valderrama, es precandidato a la Alcaldía de Medellín por el Grupo Significativo de Ciudadanos «Todos Juntos». Entre sus diferentes propuestas iniciales, destaca la necesidad de ofrecer oportunidades a los niños, adolescentes y jóvenes de los estratos socioeconómicos más bajos, pues está demostrado que corren el mayor riesgo de convertirse en el caldo de cultivo de la delincuencia que tanto afecta la Ciudad: un niño sin educación y resentido por las necesidades económicas de su hogar, es más fácil de convencer por los grupos armados ilegales.

Juan David Valderrama piensa que dándole vuelta atrás a este círculo vicioso, se le empieza a dar impulso al círculo virtuoso de una niñez y una adolescencia con educación y oportunidades cada vez más cercanas a los principios y valores, a la sana convivencia, a la seguridad, la tranquilidad y la paz.

Valderrama cree demasiado en la juventud. Incluso, les otorga a los jóvenes el protagonismo como actores del cambio que ya se empieza a ver en sus posiciones más críticas y más participativas. Dice que los jóvenes de ahora son más activos políticamente, lo que garantiza un verdadero cambio social, porque los jóvenes están entendiendo que en lo público se toman las decisiones que afectan a todos, y en ellas deben ellos participar.

A propósito del respeto por lo público, el Precandidato a la Alcaldía de Medellín por el Movimiento «Todos Juntos» responde a quienes lo han señalado de presuntamente haber conformado «un directorio político en el INDER», que ocurrió lo contrario: dice que se encontró con una Entidad dominada por las componendas políticas en la que los cargos no obedecían a las competencias, las habilidades y la idoneidad de quienes los ocupaban sino, precisamente, a esas componendas. Asegura que quiso dignificar el INDER para su misión que es el deporte y, por tanto, se realizaron concursos internos para proveer los cargos con pertinencia técnica y profesional… Pero -según afirma- ello le generó todo tipo de animadversiones, ataques y difamaciones.

«Para la muestra: de 2.000 empleados, seis personas eran mi cuota burocrática», explica.

Sobre la crisis de Hidroituango y las dificultades financieras de EPM, está convencido de que la emergencia es resultado de fuerza mayor y caso fortuito y no de responsabilidad contractual. Cree, además, que el Concejo de Medellín debe autorizar la enajenación de las participaciones que tiene EPM en ISA y en UNE.