El Senador de la República y miembro del Parlamento Andino, Óscar Darío Pérez, afirma que el incremento del salario mínimo para los colombianos debe ser del 10 por ciento, porque el aumento del año pasado “se lo devoró la inflación en los primeros tres meses de este año”, afirmó. En consecuencia, está “en pleno desacuerdo” con el ex ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, y su afirmación de que el salario mínimo colombiano es muy alto y debe ser rebajado.
Según Pérez Pineda, la de Carrasquilla es una “postura fundamentalista y peligrosísima, imposible, porque estamos hablando de la comida de la gente… de la capacidad de vivir de los colombianos”. Dice que está de acuerdo en que el aumento de los sueldos en su conjunto no debe superar el 5 o 6 por ciento, “pero los que memos ganan, deben tener un aumento en proporción importante, así los salarios que superen los 3 o 4 millones de pesos se incrementen en menor proporción.
Óscar Darío Pérez asegura que un buen aumento del salario mínimo no tiene repercusiones prestacionales porque casi todos están en Ley 50. Tampoco se pueden quitar, “en contraprestación”, los parafiscales, como lo han propuesto Fedesarrollo y ANIF, porque es lo más social que tiene la estructura de sueldos en Colombia, afirma el Senador. No cabe ninguna duda de lo que significan para los niños y miembros de la tercera, los programas del ICBF. O el valor para más de un millón de estudiantes por año, de la formación para el trabajo que les imparte el SENA. Y qué decir, enfatiza Óscar Darío Pérez, de los 15 millones de colombianos que atienden las Cajas de Compensación Familiar.La de quienes quieren desaparecer los parafiscales, dice Pérez Pineda “es monetarista de estado de pérdidas y ganancias, y se olvidan lo social. Es una vergüenza…”
Billete de 100 mil o de pesos
Óscar Darío Pérez ve muy bien que en junio de 2009 el Banco de la República emita el billete de 100 mil pesos. Pero mejor insistirá en la propuesta del ex senador conservador, José Jaime Nicholls, de restarle tres ceros a las cifras del peso colombiano. El de 50.000 valdría 50 pesos, por ejemplo, para agilizar las transacciones mejorar la contabilidad y el control. La propuesta se ha muerto varias veces en el Congreso, pero intentará revivirla en el futuro legislativo.