Foto: El Colombiano

Mónica Pabón, gerente del Centro de Medellín, resalta la importancia de la articulación entre diferentes dependencias de la Alcaldía con los comerciantes formales e informales de la Comuna 10 – La Candelaria, para garantizar la reactivación del territorio con seguridad y bioseguridad.

“El Centro debe ser seguro, ordenado, limpio y activo. Para que así sea, hemos puesto en marcha diferentes estrategias, entre las que está una que nos ha funcionado muy bien: los corredores seguros, los cuales nos permiten la articulación de las diferentes instancias de la Administración con los comerciantes. Todos tenemos en claro que hay que continuar con el proceso de reactivación económica, aceptando que la gente esté en la calle, pero con la responsabilidad de permitirnos mantener la meseta de contagios para no llegar a colapsar el sistema de salud de la Ciudad. Mejor dicho, reactivación en equilibrio con el cuidado estricto frente al Covid”, señaló Mónica Pabón en Sinergia Informativa.

Roger Vélez y Mónica Pabón en Sinergia Informativa

La Gerente del Centro se mostró satisfecha con los diferentes actores que protagonizan el devenir diario en la Comuna 10, porque están convencidos de alcanzar la seguridad, bajando los índices en las actividades delictivas, y la bioseguridad, con decisiones ya tomadas como la disposición de lavamanos, el aforo controlado y la regulación de las ventas en el espacio público, para que la gente se sienta tranquila de visitar el centro para comprar.

“Y no es que los comerciantes le paren bolas a la Gerencia del Centro; de lo que se trata es de que hagamos un trabajo articulado con corresponsabilidades. Incluso, la mayoría de iniciativas ha surgido de una mesa conformadas por las diferentes asociaciones de comerciantes, que están comprometidas tanto con la seguridad como con la bioseguridad del sector. Mejor dicho: en este compromiso con la reactivación del Centro no hay diferencia entre públicos y privados”, explicó Mónica Pabón.

La Funcionaria recalcó también la responsabilidad asumida por los comerciantes informales, quienes se volvieron veedores del cumplimiento de las medidas de bioseguridad, pues saben que si los contagios se disparan, de nuevo habrá restricciones que los afectarán a ellos, a los comerciantes formales y a miles de personas que dependen del comercio.

“Por eso podemos decir, con tranquilidad, que el control fuerte debe ejercerse, especialmente, sobre la ciudadanía que va a comprar. Y en ello estamos comprometidos las secretarías y subsecretarías que tienen que ver con la seguridad, la convivencia, la movilidad, el control de espacio púbico y, por supuesto, los comerciantes”, agregó.  

En este sentido, Mónica Pabón recomendó que el centro no es para “loliar” ni para llevar a los niños, si no es absolutamente necesario.