Por: Vidal Vivas Granados.

Hoy inscribí a mi mamá en la Universidad de Antioquia en los pregrados de Comunicación Social – Periodismo, en primera opción, y Derecho, segunda opción. A sus 65 años intenta terminar su bachillerato, ya presentó sus pruebas ICFES. Hoy, antes de irme a hacer mi programa de radio de todos los martes, fuí a su casa, la saludé, le encendí el equipo de sonido y le sintonice la radio. Le dije: -cucha, escúchame que ahora hablo en la emisora, y me das tus apreciaciones.

Me mostró sus buenas calificaciones, veía puro 4.0, 4.5, 4.3 y como un solo 3. Inconforme me dijo que las notas estaban muy bajitas. Yo me sonreí y le dije: -ojala, y la mayoría de jóvenes de hoy en día fueran así como tú. Me dijo que, por cosas de la vida, no pudo estudiar antes, pero si alguien le hubiese dicho, hubiese terminado su bachillerato, fuese ido a la Universidad a hacer su pregrado, maestria y doctorado y ser grande. Que ahora entendía porqué a mi me gusta estudiar tanto…

Y bueno, la verdad es que ya no ve novelas, ni programas de entretenimiento, ni desperdicia su tiempo en cosas superfluas. Mi mamá se la pasa en función de su colegio y sus tareas. A veces, se amanece estudiando y eso me enorgullece como hijo. Quizá a veces no saque todos los puntos buenos de sus tareas, talleres y exámenes, pero pienso que el amor, la pasión, el sacrificio y responsabilidad con que asume sus responsabilidades como estudiante le merecen un 5.0 en todo, pero bueno, yo no soy su profesor, simplemente soy su hijo. Y al final, le he dicho que más alla de la nota, lo importante es entregarse en cuerpo y alma como ella lo hace.

A veces me quedo pensando; ¿Que sería de nuestros municipios si todos los jóvenes entendieran que estudiar vale la pena y que luchar por los sueños también vale la pena y que el estudio nos puede ayudar a transformar la vida y entender nuestro propósito en este mundo, que el conocimiento es riqueza para la sociedad y la ignorancia nos sale muy costosa a todos?

En fin, al final por una conversación que tuvimos por whatsapp le pregunté: – ¿Cucha cómo estuvo mi programa? Y Ella me respondió: – Hijo excelente. Yo quiero ser como tú, hijo. Entréname, como tu dijiste que te vas el otro año de la región de Urabá, entréname, y yo voy y te reemplazo en tu trabajo, yo hago todo lo que tú haces. Yo sonreí, y le dije: -déjame y más adelante le propongo a la Gerente de la Empresa o al alcalde del municipio qué piensan de eso. Por ahora, centrémoos en el examen de admisión de la UdeA, si lo ganas bien y sino lo ganas lo seguiremos intentando, lo importante madre mia es que estás luchando por tus sueños y eso es lo que cuenta. Me siento orgulloso de ti, y ojala esto inspire a otros cuchos a estudiar, nunca es tarde para hacer realidad nuestros sueños. Hay todavia mucho potencial en ustedes los viejos, mucho que enseñarle a parte de las generaciones de cristal de nuestros municipios de Urabá.

En fin, estudien viejos- lo digo con cariño, reitero, hay mucho potencial y esperanza en ustedes.

Dedicado a mi mamá Lorenza Granados Cordoba y a mi amigo pensionado Don Fidel Hernandez que sueña con ser abogado.