Por: Eugenio Prieto Soto
Por su gestión y resultados, seriedad, claridad, profesionalismo, transparencia, compromiso social y muchas otras capacidades y virtudes que la gente le reconoce y admira, el joven y carismático dirigente, Aníbal Gaviria Correa es hoy, una de las esperanzas ciertas del Partido Liberal y de Colombia: es la opción de renovación que tenemos para construir y transformar un país que arrope bajo su cielo a todos sus hijos, ofreciéndoles oportunidades de bienestar y progreso; respetando sus derechos, y garantizándoles opciones de participación en los asuntos de todos. Aníbal Gaviria es el líder nacional que reclama el Partido Liberal para modernizarlo y abrirlo a nuevas generaciones de colombianos.
Los liberales hemos sufrido el deterioro de la actividad política que ha afectado al país. Dentro del Partido, como en otras colectividades, se agazaparon algunos personajes que han sustituido la búsqueda del bien común por la defensa, a cualquier precio y de cualquier manera, de sus intereses particulares. A diferencia de la mayoría de personas de nuestra generación, que prefirieron el bienestar de la vida privada a las bregas del trabajo público, Aníbal Gaviria, como lo había hecho su hermano Guillermo, prefirió comprometerse con la vida del país y de su Partido. Cree, como lo hacemos muchos, que el cambio sólo será posible cuando lo guíen partidos políticos organizados, regidos por normas claras, garantizadas por direcciones transparentes y firmes en el respeto de su misión. Aníbal sabe que lo hará porque confía en una ciudadanía fortalecida en su criterio y en su capacidad para escoger lo mejor para sus vidas y sus pueblos.
En los sucesivos gobiernos de Antioquia Nueva y Antioquia Nueva un Hogar para la Vida demostramos que es posible gobernar sin incurrir en prácticas indebidas, sin sectarismos y sin abusar de los recursos públicos para favorecer a las propias huestes. Mantuvimos la firmeza del proyecto ético-político y cultural aunque nos trataron de locos y pendejos. Los resultados nos dieron la razón: en tres sucesivas votaciones, el proyecto fue acrecentando su caudal electoral, si este equipo perdió la Gobernación no fue por debilidad, sino por las malas prácticas de muchos de sus dirigentes, toleradas por las autoridades liberales. Los dirigentes de Antioquia Nueva, hoy con proyección nacional, enriquecida a través de los diálogos con la sociedad, estimulada y protegida desde la Concertación, hemos demostrado que es posible hacer política apostando a la confianza, a la seriedad, sin renunciar a la coherencia, a los principios esenciales para la sostenibilidad de la vida colectiva.
Para el Partido Liberal, amenazado por sus propios errores, por el sectarismo insensato y por la tolerancia con la corrupción de algunos dirigentes, Aníbal Gaviria representa la renovación, la oportunidad de conquistar y recuperar la confianza y la dignidad amenazada de los colombianos que no se sienten interpretados por los vicios y mañas de algunos dirigentes. Cuando elijamos a Aníbal Gaviria como candidato del liberalismo a la Presidencia de la República, le estaremos dando a nuestra colectividad la verdadera opción de triunfo frente a los candidatos que representen al gobierno y a la extrema izquierda, pues como bien lo ha señalado nuestro precandidato, no creemos que el doctor Uribe Vélez ponga en riesgo la institucionalidad del país para mantenerse en la Presidencia a cualquier precio.
Quienes hasta ahora se han presentado a la opinión pública lo hacen en torno a una relación de amor/odio con el presidente Uribe, como si el país se hubiera quedado sin más caminos. Algunos, pues, quieren valerse de su importante obra de gobierno para ser elegidos como sustitutos, ni siquiera como continuadores; otros, por el contrario, niegan estos siete años de avance institucional, para mostrarse como la ruptura total frente a la obra de gobierno. Ambas alternativas son peligrosas, son dañinas y no representan avances institucionales que ofrezcan a los ciudadanos nuevas opciones de vida. Aníbal Gaviria ha ratificado su respeto por la obra del gobierno Uribe, su compromiso con la seguridad, pero al mismo tiempo viene construyendo “Una Nueva Agenda para Colombia”, para que la tarea pendiente en la inclusión social de los colombianos se pueda realizar. Para el Partido Liberal, la opción ideal es la que no lo separa del presidente Uribe, un hijo de sus filas, pero tampoco lo compromete con ser el sustituto del gobierno.