Jaime Giraldo, presidente de la Asociación de Comerciantes de la 80, habla de la indudable importancia del Tren Ligero de la 80 para la movilidad, la disminución de emisiones contaminantes y del costo de la congestión vehicular, la reducción de la siniestralidad vial, el mejoramiento de la calidad de vida de más de un millón de habitantes y el aumento de los beneficios sociales y económicos. Pero espera que sea beneficioso, incluso, para los comerciantes y moradores de las zonas de influencia del Proyecto.
Recuerda las nefastas consecuencias económicas y sociales para los comerciantes y moradores de proyectos como el Metroplús en la 30 y del Tranvía en Ayacucho.
“No nos oponemos al progreso, pero nos deben entregar las compensaciones al comercio, a los moradores y a los propietarios del sector que va a ser impactado por la obra. Lamentablemente, estas se vuelven foco de desplazamiento de quienes por décadas hemos construido nuestro futuro”, dice Jaime Giraldo.
Confía en que se cumpla lo afirmado por los concejales de Medellín cuando aprobaron las vigencias futuras para que la Administración de Medellín pueda cumplir durante los próximos 15 años con el 30% del valor de la obra que asciende, a precios de 2019, a 3.54 billones de pesos: no golpear a los moradores como ha sido costumbre.
Jaime Giraldo recuerda que el Concejo de Medellín aprobó en 2019 el Proyecto de Acuerdo 169 de 2018, por el cual se creó la Política Pública de Protección a Moradores, Actividades Económicas y Productivas del Municipio de Medellín, fundamental para que no se vulneren los derechos de las personas cuando se realicen obras de desarrollo en la Ciudad.
“En este Proyecto se habla de compensación justa, de tal manera que las personas afectadas por la obra de interés general queden mejores, o por lo menos, en iguales condiciones. Porque, finalmente, los que menos disfrutan de esas importantes obras son los moradores”, agrega.
Serán 12,3 kilómetros de Metro Ligero, con 17 estaciones, desde la estación Caribe del Metro, pasando por la transversal 73, luego seguirá por la calle 65 hasta el sector de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, donde tomará la Avenida 80 hasta cerrar el circuito en la estación Aguacatala del Metro.
Será un largo trayecto que impactará en su construcción a millones de personas que esta vez -esperan los moradores, comerciantes y propietarios- no deben ser afectados en su patrimonio y en su dignidad.
