Por Rodrigo Pareja
Mickael Jackson había descansado desde la semana pasada, cuando aparentemente por una dosis excesiva de algún calmante, el corazón que anidaba en ese deteriorado cuerpo decidió no trabajar más.
Los que no habíamos podido descansar de su enloquecida cauda de fanáticos éramos quienes, por distintas razones, no veíamos en ese artista nada extraordinario, cuyo mediatismo para los que no comulgamos con esa clase de música, se debía más a sus continuos y sonados escándalos que a la calidad de sus interpretaciones.
Como en materia de gustos no hay disgustos, aspiramos a que se respete nuestro criterio, y no vengan a decir algunos que estamos profanando a un ser del otro mundo, a alguien extra terrestre que cambió la faz del mundo, o que lo anterior constituye una blasfemia.
Al fin el pasado martes pudimos descansar de Jackson, de su padre cruel, autoritario y ambicioso; de su madre, de sus hermanos, de sus abogados, de sus seguidores, de sus ridículos imitadores y de toda esa parafernalia que se montó alrededor de su muerte.
Pero para hacerlo, es decir para descansar plácidamente, los dos más grandes sistemas privados de televisión que hay en Colombia atormentaron a millones de colombianos con una noticia que duró dos horas y media, la de su s honras fúnebres, pues a eso redujeron sus tradicionales noticieros del medio día. Y para rematar, casi la mitad de los que emitieron a primera hora de la noche.
Creen acaso RCN y Caracol Televisión que a todos los colombianos nos fascinaba y seducía la música de Mickael Jackson ?
A millones de personas en el mundo no nos da ni frío ni calor la muerte de Mickael Jackson, como tampoco nos dará el fallecimiento de otra serie de ídolos con pies de barro que han sido creados por los medios de comunicación.
Según estos abusivos genios de la televisión privada colombiana, quienes no comulgamos con ruedas de molino, como se dice popularmente, teníamos a la brava que soportar dos horas y media de semejante programación ?
Allá ellos con su lobería, snobismo o majadería, o como la quieran llamar. Pero por favor, más respeto con millones de televidentes que también nos sentimos con derecho a recibir otra clase de informaciones.
Ojalá, ahora sí, podamos descansar definitivamente de Mickael Jakson, como él lo viene haciendo desde la semana pasada.