Por: Rubén Darío Barrientos G.
El presidente Santos dijo que con la paz se iban a desmovilizar 17.500 miembros de las Farc, entre hombres armados y milicianos. Ese dato es un falso positivo y un engaña-bobos. Estudios serios, como el que hizo la Universidad Javeriana, indican que no hay más allá de 6.700 hombres armados en las toldas de las Farc (en 90 frentes y columnas móviles en 24 departamentos) y otros datos de entidades dignas de entero crédito, calculan que los milicianos actuales no ascienden a 5.000. Total que la sumatoria de unos y otros no llega en su potencial ni siquiera a 12.000 hombres. Pero Santos, con su falacia, vende la acción como ciclópea, abultando su real número.
Cuando Gabriel Silva era ministro de Defensa de Álvaro Uribe, dijo que los miembros de las Farc (armados y milicianos) no superaban los 8.000 hombres, para enrostrar gestión gubernamental de exterminio. Pero hoy, dizque ya son más del duplo, para cosechar aplausos y laureles para Juampa, frente al proceso de paz. Esa doble moral es la que impacienta: inflar las cifras para embaucar a la gente. En el año 2000, fuentes fidedignas hicieron saber que las Farc tenían a su haber 20.700 militantes. En lo que no para mientes Santos es en que mientras más gorda muestre la cifra de la militancia de las Farc, más críticas históricas se avalanzarán sobre su gobierno (o desgobierno).
¿Cuántos de esos 12.000 se desmovilizarán? Ya el procurador lo dijo: “los milicianos no lo harán porque no quedan cobijados por lo acordado”. Así las cosas, tendremos un potencial de unos 6.700 combatientes para acogerse. ¿Y de esos, cuántos abandonarán las toldas? No olvidemos varias cosas: la mitad de los combatientes aparentemente se desmovilizarán pero volverán a los terrenos ilícitos (sostiene el consultor internacional, John Marulanda); otro reducto, conformará las Farcrim y otros reforzarán las toldas del Eln (tesis de Jorge Restrepo, del Cerac). Aquí aparece el aviso en la puerta: “Se vende franquicia del Eln”. Los guerrilleros rasos, que se están pudriendo en el monte, consideran que los jefes burgueses que vegetan en La Habana tendrán los beneficios para ellos y no para la base.
¿Y el narcotráfico? Ese negocio tan lucrativo no lo van a tirar por salir a ganarse un subsidio mensual. Las Farc obtienen entre 500 y 800 millones de dólares anuales por este rubro. El negocio se fortalecerá en las fronteras con Ecuador, Venezuela y Panamá, en donde pescará en río revuelto el Eln. Repito: “Se vende franquicia del Eln”. Ello, ante la supuestísima desaparición de las Farc. En las regiones del Valle del Cauca, Cauca, Chocó y Nariño, ya se han visto muchos tipos de éstos que han cambiado de brazalete: de las Farc al Eln. Eso de reintegrarse a la vida civil o hacer política, no va con muchos. Yo sí quiero contar los guerrilleros que se concentrarán en las zonas que ya sabemos, para ver si Santos fila los tales 17.500 hombres.
Es extraño que en varias regiones del país, donde estaba imperceptible el Eln, aparezca ya dizque presencia y ocupación de este grupo con más ímpetu. La única explicación es la de que ya hay refuerzos que provienen de las Farc. En Pradera y Florida, ya advierten este fenómeno. Lo mismo en Barbacoas. Y en zonas de confluencia de ambos grupos guerrilleros, se dice que hay temor entre algunos miembros de las Farc de que si se desmovilizan, el Eln los masacra.
Nos están pintando una desmovilización monstruosa. No es verdad. Habrá 23 zonas de concentración en 16 departamentos, para 8 campamentos, en donde se producirá un asentamiento por 6 meses. Entre otras cosas, los voceros de la guerrilla protestaron por los sitios, en cuanto a que no fueron concertados con ellos. ¡Qué circo! Aunque los medios no hablan abiertamente, sigue en venta la franquicia del Eln. ¿O lo pone en duda, amable lector?