Por: Jorge Mejía Martínez
El primer milagro de la alianza Medellín Antioquia, AMA, fue la suspensión del proyecto túnel del oriente. A menos de 15 días de culminar el gobierno de Luis Alfredo Ramos como gobernador de Antioquia, el Ministro del Medio Ambiente decidió atender los clamores de la comunidad y las inquietudes de los gobernantes locales recién posesionados. El gobierno nacional percibió la fuerza de la alianza entre Fajardo y Aníbal, y rompió el silencio frente a los temores por el impacto ambiental negativo de la onerosa obra. Pasaron tres meses desde que el gobernador saliente clavó una valla con la boca del túnel pintada en un lienzo para señalar el simbólico inicio de la obra. Faltaban pocos días para las elecciones de octubre y había que buscar los votos para Alvaro Vasquez.
AMA funcionó. La alianza fue el gran hecho político de las últimas elecciones. Por primera vez en el país, dos ex gobernantes sumaron sus reconocimientos como mandatarios exitosos e intercambiaron roles armados de un gran acuerdo programático de alcance territorial, poblacional y político. El acuerdo fue suscrito después de su publicación durante varios días en la web para que la ciudadanía lo rayara con sus comentarios. En el proceso de elaboración se redactaron 18 borradores: además de bien redactado, quedó como una pieza programática integral para empujar a Medellín y Antioquia por el camino de la vida y la equidad.
La alianza exitosa de 2011 tuvo antecedentes durante los mandatos de Fajardo y Anibal en 2004-2007: la comisión tripartita como escenario de coordinación departamento, alcaldía y Área Metropolitana; la solución a la problemática de la deuda del Metro con la nación; la unificación de las tarifas de energía en toda Antioquia, etc. Pero el matrimonio programático tuvo otros antecedentes políticos generadores de confianza: Fajardo puso las manos en el fuego por Anibal ante las arremetidas de la criminalidad intentando enlodar el nombre del candidato a la vicepresidencia del Partido Liberal, y el voto de Anibal por la formula verde, Mockus-Fajardo, a la presidencia de la republica para la segunda vuelta, luego de que el liberalismo quedara en libertad. Anibal decidió apoyar la formula perdedora, mientras el grueso de la bancada liberal corrió presurosa hacia Juan Manuel. Coherencia e identidad de criterios y principios.
La construcción de AMA no fue un camino de rosas. Los actores tenían orígenes muy diversos. Desde orillas diferentes Anibal y Fajardo asumieron el reto de luchar contra los graves vicios de la política: Fajardo desde afuera de los partidos y Anibal desde adentro del Liberalismo. Fajardo es más amigo de los gobiernos monolíticos y Anibal del pluralismo con identidad en lo fundamental. Las campañas de los firmantes de la alianza, avanzaron con unidad en medio de la diversidad y con autonomía.
Las diferencias existieron y existen. Lógicas. Pero el trato de las mismas ha sido un ejemplo para la sociedad: respeto, confianza y convicción. Nada de maltratos para solucionar las divergencias, relación cordial como la que acostumbran los amigos y fe inquebrantable en las bondades de la alianza para los antioqueños todos. Conversar y lenguajear, lenguajear y conversar. No hay otra clave para que las contradicciones se conviertan en oportunidades. La alianza AMA es un ejemplo de sensatez. Por ello sus alcances en el horizonte son de largo aliento.
Como la comunidad del corregimiento de Santa Elena, quien tuvo que esperar la posesión de Anibal y Fajardo, para que su voz de alarma contra el impacto del túnel del oriente se sintiera en Bogotá, la población de Medellín y Antioquia cifra sus esperanzas de un mejor futuro en las posibilidades de la alianza AMA.