Por: Diego Calle Pérez
Guadalupe municipio ubicado en la región Norte Antioqueño llamado antes Higuerón, tomando su nombre en honor de la Virgen de Guadalupe en México. Para llegar a Guadalupe se pasa por Barbosa, Gómez Plata, Carolina y se llega a la luz entre montañas. Limita con Anori, Amalfi, Angostura. Tiene una población aproximada de seis mil habitantes, entre los que viven en la zona urbana y una parte muy representativa en las veredas. La cabecera municipal la conforman 752 casas, una iglesia, tres hoteles, dos panaderías, tres supermercados, varios graneros, dos billares, kiosco en un extremo del parque principal y el hospital que esta a media cuadra de la cuadricula del parque.
Lo que llama la atención de este municipio es su vida cotidiana. El alcalde fue separado de su cargo por la procuraduría por haber abusado de su cargo en su anterior mandato. Su enemigo político le cobro por ventanilla lo que no pudo hacer en las urnas. Las corrientes políticas se dividen entre liberales y conservadores, no hay opciones de otros partidos políticos, ni corrientes alternas. El párroco celebra mas misas en las veredas que en la cabecera. En el hospital atienden lo básico de la salud amparada en el sisben. Los fines de semana son rumba y trago para propios y extraños.
Guadalupe pareciera viviera como el clima. Mañanas con cielo despejado y las tardes con una bruma de niebla que abruma el cuerpo. Es por ello que sus gentes toman bastante cerveza y se dedican al sexo libremente. Se venden preservativos en el kiosco como vendiendo mecato. Eso excede lo que el procurador Ordoñez habla de libertad a libertinaje social. Hay un notorio madresolterismo y un consumo de drogas que deforma la juventud, sin control familiar y de policía.
Pocos son los nombres relevantes que han sido hijos del pueblo que fue corregimiento de Carolina del Príncipe, siendo el más destacado, el mono de los confites, Jhon Restrepo el gran distribuidor. Otro de los personajes que se podrían resaltar es el papá de Gustavo Álvarez Gardeazabal, el escritor de Cóndores no entierran todos los días. David Alfredo Jaramillo diputado que llega cada cuatro años buscando un respaldo en las urnas y un alcalde por acomodar a como dé lugar.
Guadalupe tiene una juventud que supera la de sus vecinos Angostura y Carolina. Tiene una institución educativa con una rectora que tiene más alarde de demagoga que de pedagoga. Pareciera la nombraron para ser eterna en su cargo. No aporta nada nuevo. Oculta los presupuestos, gasta en publicidad, pero no en lo que debe invertir. Para la rectora el papel tiene más fuerza que la realidad que vive la juventud del llamado pueblo luz entre montañas. La rectora contradice todo lo que se hace desde la Antioquia, más educada. Guadalupe es un fiel reflejo de lo que acontece y sucede entre montañas que producen luz eléctrica, pero poca iluminación de cambio para sus gentes. Retomando el refrán popular: “Candil de calle, oscuridad en su propia casa”.