
Los concejales Nicolás Albeiro Echeverry Alvarán y Fabio Humberto Rivera Rivera, acompañamos al Alcalde Alonso Salazar Jaramillo a las comunas cinco y seis de la zona Noroccidental, donde el 99,99 por ciento es gente buena, trabajadora y comprometida con la ciudad.
Queríamos escuchar propuestas de la sociedad civil en la búsqueda de disminuir la violencia en tan importante sector de Medellín, aunque entendemos que el aumento de homicidios esta en toda la ciudad.
La Alcaldía reiteró las miles de oportunidades que tienen nuestros jóvenes por cuenta del municipio y planteo la posibilidad de abrir más espacios para la gente.
La policía se comprometió a dar más resultados en materia de seguridad, la comunidad pidió más programas sociales y se manifestó a favor de hacer movilización social en foros, marchas, tardes culturales en contra de la violencia, con un sí a la vida y un no rotundo a los homicidios.
En cuanto a las medidas observamos varios aspectos, a la gente común y corriente, que es la mayoría de la población, le gusta que el Estado intervenga, que actué, que tenga presencia porque además han sentido miedo por el aumento de homicidios es sus barrios.
A los comerciantes no les gustó la medida, sienten que ellos son los más perjudicados, defienden legítimamente su vocación económica y la generación de empleo. Lo que más preocupa a unos y otros es la estigmatización que se hace a estas dos comunas con un titular inicial que resultó agresivo “Toque de queda. Si tenemos que mandarlos a dormir a partir de las seis, lo haremos”. La policía puede y debe dar mejores resultados sin necesidad de crear pánico en la ciudad.
La sola expresión “toque de queda” le hace daño no solo al Doce de Octubre y a Castilla, sino también a toda la ciudad.
La sociedad civil juega un papel trascendental, hacerle ver a los violentos que la vida es lo más importante y que hay que protegerla.
Los violentos deberían también hacer un pare en el camino, reflexionar sobre el gran daño que le hacen a sus familias, que se hacen a si mismos y que le hacen a la ciudad.
El Alcalde se mostró abierto a evaluar las medidas, no las considera permanentes, pero exige compromisos, y creo, que es lo menos que puede pedir.
Por el camino que vamos, no vamos bien, la justicia tiene que operar, la iglesia debe ayudar, la sociedad civil tiene que rechazar la violencia, la Alcaldía y el Concejo deben aumentar y acelerar la ejecución de la inversión social. Todos podemos ayudar.