Por: Carlos Mario Montoya
Nada más fácil que tomar las decisiones llevados por las emociones, pero a su vez nada que lamentemos más que haberlas tomado de esa forma. Cuando la razón a muchos les decía que el candidato no era el mejor, la emoción generada por un Presidente con un altísimo nivel de popularidad, los indujo a votar por su recomendado y hoy la mayoría de ellos supuestamente se arrepienten de haberlo hecho y con una emoción revanchista, ahora pretenden elegir en contra de lo que suene cercano al hoy Presidente, emocionalmente recomendado por el ya Ex Presidente y hoy Senador.
Estas emociones se suman al “patrioterismo” que genera en los colombianos y para este caso en los antioqueños, los ataques que el Presidente Maduro le hace a nuestros compatriotas, a nuestro país y a uno de nuestros expresidentes. Con seguridad si alguien en este país quiere a Maduro ha de ser este expresidente, ya que van en la misma vía, sube el “patrioterismo” allá en Venezuela y sube su imagen y como reacción, sube el “patrioterismo” aquí en Colombia y sube la imagen del expresidente.
Pero no me preocupo ni por las emociones que cause el expresidente, ni por el “patrioterismo” venezolano y colombiano producido por las acciones de Maduro, me preocupo porque ligeramente al calor de estas emociones vamos a tomar la decisión de quienes serán nuestros próximos gobernantes regionales y no creo lógico votar enceguecidos, solo en contra de quien supuestamente traicionó o ciegamente a favor de otro, únicamente porque es el recomendado del expresidente que ya se equivocó.
En mi caso, la razón me conduce a votar por quien objetivamente garantice, en el caso de Medellín, la continuidad de un modelo de ciudad que todos reconocemos positivo, en el entendido que en algunos temas falta y que en otros habrá que hacer un viraje importante, pero en general una ciudad que no se preocupe exclusivamente por atacar y combatir, si no por incidir en las causas básicas generadoras de esos problemas que hoy más nos agobian como son la violencia, la delincuencia y la inseguridad. Yo no creo solo en detener, juzgar y condenar. No creo solo en más fuerza pública, más armas, más cámaras, más combate, más bajas a delincuentes y más resentimiento social.
Creo en este modelo de ciudad que ha generado las posibilidades de más oportunidades para todos sus habitantes, oportunidades de una adecuada alimentación, de un adecuado trato, oportunidades de acceso a la educación, a más y mejores plazas de trabajo. Creo en una ciudad que no esconde sus males en huecos como el de “barbacoas” pretendiendo que como no se ve, no existe, por el contrario los saca, los identifica y ofrece alternativas, así verlo sea incómodo para quienes viven y creen que Medellín es solo el Poblado. Creo en una ciudad amable que promueve el transporte masivo, que educa en movilidad e incentiva otras alternativas como la bicicleta y la peatonalidad. La Razón me induce a apoyar un candidato que continúepensando en una ciudad amable, acogedora, habitable, con más espacios públicos, para los ricos y para los pobres, donde todos nos podamos juntar, reconocer y respetar. Creo en quien sepa como continuar innovando e internacionalizando. Le brindo mi confianza a quien se preocupa por la infraestructura con fines sociales, por construir más para el aprendizaje, para la comodidad, para la optimización del tiempo, para el logro del goce efectivo de los derechos de todos. Creo en quien se esfuerce por continuar diseñando y construyendo una ciudad ambientalmente responsable. Creo en quien respete la vida en todas sus manifestaciones, en quien continúe respetando y haciendo respetar a los animales.
La razón me dice que Rico y Prieto son legítimos defensores de este modelo de ciudad en el que creo y que en medio de razones y no de emociones se deben juntar para garantizar continuidad.