Edwin Franco

Por: Edwin Alejandro Franco Santamaría

Nada más a los pocos días de haber comenzado el Tour de Francia, edición 2018, y al no ver que Nairo, Rigoberto y los demás ciclistas colombianos que participaban en la carrera ocupaban los primeros lugares, algunos aficionados a este duro deporte empezaron a hablar mal y a ridiculizar a estos héroes; cuando Nairo dijo que se sentía como un león y anunció que en la etapa de 65 kilómetros daría sorpresas, la ganó y se acercó al podio, estos pseudo admiradores lo alabaron y lo subieron al cielo; cuando en la contrarreloj que se corrió el día previo a la terminación del Tour perdió tiempo y se alejó del lugar que había conseguido en la clasificación cuando ganó la etapa, otra vez volvieron a darle madera.   La selección Colombia de fútbol de mayores incluso ha sido objeto de críticas más feroces, cada que juega mal un partido o uno que a cualquier seguidor del equipo no le pareció que estuvo bien planteado, de inmediato la crítica destructiva.  A nivel individual, jugadores como Falcao y James tampoco se han escapado de comentarios que destruyen. El tema entonces se reduce a que si nuestros ciclistas ganan todas o casi todas las etapas y cuanta competencia hay y la selección gana o empata los partidos y adicionalmente todos los jugadores juegan bien, son objeto de aplausos y vítores, cuando sucede lo contrario, son malos, no sirven para nada, no les da pena, dizque representando a Colombia, y en fin, una serie de comentarios salidos por completo de la realidad.   Como es de fácil hablar, debieran de agradecer que tengamos estos héroes mostrando lo bueno que tiene este país, haciendo pronunciar el nombre de Colombia en muchos lugares del mundo, dándole gloria y reconocimiento a esta patria.   Estos no son verdaderos fans ni seguidores de nuestros deportistas, es más, no los necesitan, porque se requiere de más paciencia, credibilidad, constancia, apoyo irrestricto y por sobre todo, entender, ¡por Dios!, que son seres de carne y hueso, humanos, que sienten, se enferman, cansan, entristecen, equivocan.   No es difícil entender esto.   A quienes tanto critican les digo que tomen una bicicleta o un balón e intenten siquiera parecerse en una medida menor a estos seres grandes y se darán cuenta lo difícil que es la cosa, seguramente no les baste para taparse la boca, pero ya no hablarán tan ligero ni tan mal.

Muchas veces he manifestado en este espacio que los deportistas y quienes representan la cultura y la ciencia son lo más granado y preciado que tiene Colombia, lo mejor de mostrar y de exportar.  Seres como Fernando Botero, Catherine Ibargüen, Nairo Quintana, Falcao García, Rigoberto Urán, Manuel Elkin Patarroyo, Rodolfo Llinás, James Rodríguez, Mariana Pajón y tantos otros, merecen todo el reconocimiento, el respeto y la admiración y siempre estaremos en deuda con ellos por lo que han hecho, de tal manera que cualquier palabra que se emita por alguien hacia ellos debe ser para darles las gracias por todo lo bueno que han hecho por este país.