Edwin Franco

Por: Edwin Alejandro Franco Santamaría

Cada que se avecina la elección de quien va a estar al frente de lo que algunos llaman las “ías” (Fiscalía, Procuraduría y Contraloría) vienen las cábalas políticas de todo tipo:  que tales personajes están haciendo lobby según el organismo, institución o persona que deba postularlo o ternarlo; que determinado partido político se abroga como suya esa posición; otro partido dice que como ha apoyado las iniciativas del gobierno en el congreso, entonces los candidatos ternados deben ser los suyos y así sucesivamente antes de la elección se hacen todo tipo de comentarios.

Cuando desde hace aproximadamente un año se sabía al menos de dos personas que Santos ternaría para que fuera elegido como fiscal general y que de estos dos se sabía quién sería el elegido, al presidente le dió por inventarse una convocatoria, de la cual surgiría la terna; pura paja, el fiscal estaba cantado hacía mucho rato.

Estaba en curso la puja por la Contraloría General de la República, pareció que el ex presidente Gaviria y por ende el partido liberal se harían con este botín, pues no hay que olvidar que tenían como candidato a Gilberto Rondón, ex representante a la cámara, y dizque se estaban asegurando las mayorías en el Congreso cuando de pronto Santos hizo valer su condición, como era de preverse, y le hizo el guiño al actual contralor, a la Corte Constitucional para que lo ternara y al congreso para que lo eligiera.

Hace varias semanas vienen haciéndose los cálculos y las especulaciones sobre quiénes serán ternados por el presidente, la Corte Suprema y el Consejo de Estado para reemplazar al actual Procurador General a quien está que se le vence su segundo período; al parecer el candidato de Santos provendrá del partido conservador, el Consejo de Estado postulará a Fernando Carrillo, ex ministro del Interior y la Corte Suprema se inclinará por Humberto Sierra Porto, ex magistrado de la Corte Constitucional o por Jorge Fernando Perdomo, ex vicefiscal general de la nación.  Dicen que Perdomo está muy caído con el gobierno y no lo quieren ver en ese cargo, porque lo ven como el alter ego de Montealegre, quien ha salido a hablar mal del presidente y por decisiones que aquel tomó en los últimos días que estuvo como fiscal encargado.

Tanto el fiscal como el contralor fueron los que el presidente quiso que fueran, será difícil saber quién será el procurador en el momento en que el gobierno decida aceitar sus mayorías en el senado, que es el que elige el jefe del Ministerio Público?  Esas elecciones son una mentira, se cumple con el requisito de que sean varios los candidatos ternados, bien sea por el presidente, por este y las cortes o por estas solamente, pero gana el que sea objeto de consenso y generalmente el que más le convenga al gobierno, aunque es difícil prever casos como el de Montealegre.

Si esta es la realidad de estas elecciones y como puede verse el orígen de los candidatos es netamente político, lo que no significa en manera alguna que no dispongan de solvencia académica y moral algunos de ellos, es absolutamente claro que la dependencia de quien llegue a ser elegido es total y poca o ninguna autonomía e independencia podrá esperarse del mismo, así en el papel se diga que debe tener estos atributos y que no le debe obediencia sino a la Constitución y a la ley.

No es pues de extrañar que muchas de las decisiones que se tomen al interior de estas instituciones sean más de carácter político que jurídico, pues al ser clara la postulación debe actuarse con sujeción a esa circunstancia.