Fernando Ortíz Sánchez

Por: Fernando Ortiz Sánchez

Nosotros tenemos en claro el principio del interés superior del niño cuando pensamos en su nutrición, incluso desde antes de su nacimiento, visionando su desarrollo físico, sicológico, emocional e intelectual. Al hacerlo, pensamos en el ser humano, pero también en el ser social que habrá de garantizarle a nuestro Municipio una generación saludable, creativa, productiva e intelectualmente activa, fundamento de una sociedad lista para el crecimiento económico, para el desarrollo y el progreso.

Nuestra gestión tiene un énfasis especial en la nutrición. Las madres gestantes y lactantes son un público muy importante para la Administración, cuando se trata de la entrega de paquetes nutricionales para atender a la comunidad girardotana en seguridad alimentaria. Ello nos garantiza salud y nutrición en la población desde sus primeras horas de vida, cuando el nuevo ser apenas es un nascituro.

Y cuando el bebé abre los ojos a la vida, desde ese mismo momento su madre y él pueden tener la tranquilidad de que seguirán siendo sujetos de la seguridad alimentaria que les ofrece nuestro Municipio.

Precisamente, la seguridad alimentaria que disfrutan las madres gestantes y lactantes y los niños y niñas de cero a dos años de edad, fueron los programas que nos permitieron obtener el reciente reconocimiento como uno de los pocos municipios de Colombia en los que ha habido cero muerte por desnutrición y cero nacidos con bajo peso.

Estos dos indicadores llevaron a la Corporación Colombiana de Secretarios Distritales y Municipales de Salud –COSESAM- a entregarnos la Mención de Honor en la Distinción de Oro, invitándonos a seguir trabajando en el mejoramiento de los indicadores en salud, en lo cual somos ejemplo para el País: la Mención se la entregan a la Administración de Girardota “por mantener las tasas de mortalidad infantil más bajas del País, promedio de 9,90 en los últimos 10 años”.

Debo confesar el orgullo personal, como Alcalde, por ser nuevamente reconocido como consecuencia de la gestión hecha pensando en el progreso y en el bienestar general de nuestros habitantes. Pero en el caso de esta Mención entregada por COSESAM, confieso que el orgullo es mayor, como padre de familia y como ciudadano, porque es la vida empezada a vivir con dignidad desde el vientre, la que le ha ganado en Girardota la pelea a la desnutrición, a la enfermedad y a la muerte.

Pero la nutrición de madres gestantes y lactantes y de los niños y niñas de cero a dos años, es apenas el principio. Los restaurantes escolares han sido vitales para nosotros.

A diferencia de otras alcaldías, en Girardota no nos hemos limitado a los recursos entregados por el Gobierno Departamental a través del Plan de Mejoramiento Alimentario y Nutricional de Antioquia –MANÁ-.

Si estos recursos destinados a la alimentación de nuestros niños llegan en marzo o en abril, entonces ¿nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes de los sectores más pobres y vulnerables de nuestro Municipio, aguantan hambre? Pues eso es lo que tradicionalmente pasa si nuestras administraciones locales no actúan propositivamente.

En el caso de Girardota, hemos decidido poner una partida mayor de recursos a la ofrecida por MANÁ. En consecuencia, los restaurantes escolares de las instituciones educativas de este Municipio arrancan a prestar su servicio alimentario y nutricional desde el primer día de clase. Pero, además, no sólo hemos pensado en la cantidad de desayunos, almuerzos y comidas que hay que dar la mayor parte del año escolar, sino que desde los dos primeros años de nuestra Administración implementamos la figura del almuerzo reforzado, mucho mejor que un refrigerio.

Este último año estamos dando a nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes más necesitados, el refrigerio reforzado, atendiendo el 100 % de la zona rural, y toda la básica primaria y preescolar de la zona urbana, entendiendo que, gracias a Dios, tenemos muchísimos hogares con capacidad económica para atender los requerimientos alimentarios y nutricionales de sus niños y sus muchachos. Por supuesto, tenemos destinado algunos cupos de secundaria para los adolescentes y jóvenes que sí necesitan nuestro acompañamiento para garantizarles su seguridad alimentaria y nutricional.

El año pasado, de recursos propios, invertimos cerca de 1.000 millones de pesos en restaurantes escolares. Este año invertiremos aproximadamente 800 millones de pesos. El esfuerzo económico de la Administración es realmente grande, pero sabemos que hay que hacerlo porque tenemos la plena convicción de la importancia de este tema.

Esperamos que al terminar el próximo 31 de diciembre nuestro segundo período al frente de la Alcaldía de Girardota, los niños, niñas, adolescentes y jóvenes no vayan a encontrar las mesas vacías durante los primeros meses del siguiente gobierno. Esperamos que no se vayan a quedar sin alimentación hasta que se ponga en funcionamiento el programa de restaurantes escolares del próximo alcalde.

La política pública de seguridad alimentaria existe en Girardota. Esto quiere decir que su implementación no depende de la buena voluntad del alcalde de turno, sino que como política pública, es una obligación. Y aquí en Girardota, es para satisfacer las necesidades de toda la población que así lo requiera: además de las madres gestantes y lactantes y de los niños y adolescentes en edad escolar, los adultos mayores disfrutan de un comedor popular en el que toman su desayuno, su almuerzo y su comida.

En La Rinconada, los adultos mayores no sólo disfrutan de una buena alimentación sino que cuentan con atención médica, gerontológica, sicológica, vivienda y vestuario.

Además tenemos el programa Pan y Vida a través del cual entregamos cada mes 400 mercados a igual número de familias con necesidades económicas.

Por otro lado, estamos asumiendo el paquete Recuperación Nutricional Ambulatoria –RNA- que se manejaba por Bienestar Familiar e, inexplicablemente, lo dieron por terminado el año pasado. Pues nosotros, con recursos propios, lo tenemos entre nuestras prioridades pensando en cubrir el mayor número de familias con madres gestantes y niños muy pequeños.

Termino recordando una verdad de Perogrullo que no nos podemos dar el lujo de aceptar en nuestro territorio: la desnutrición es causa de enfermedades y, en el peor de los casos, de muerte. Gracias a Dios, en Girardota lo hemos tenido siempre en claro, y por ello nos hemos preocupado tanto por la seguridad alimentaria y nutricional.

Pero no sólo nos preocupa la salud y la vida. Nuestra población bien alimentada desde que empieza sus primeras horas de vida en el vientre materno, garantiza la presencia en nuestro territorio de generaciones muy sanas física, mental, emocional e intelectualmente. Generaciones propicias para producir crecimiento, progreso y desarrollo. Un círculo virtuoso que empieza con la seguridad alimentaria y nutricional y pasa por el bienestar general y la felicidad de la población girardotana.