Por: Esteban escobar Vélez

Las opiniones expresadas en esta columna, son responsabilidad de su autor

Aunque no es el motivo central de esta reflexión, no puedo sustraerme de hacer un comentario sobre la situación actual y futura del IDEA. No se requiere ser un experto en finanzas para advertir el delicado problema de liquidez que enfrenta esa entidad, tan afecta a todos los antioqueños. Cuando una empresa de las características del IDEA aplica buena parte de su capital de trabajo en una inversión del largo plazo, está incurriendo en uno de los crasos errores que se cometen en las organizaciones: realizar inversiones de muy largo plazo (ilíquidas) con los recursos disponibles para ser utilizados en el corto plazo. Necesariamente, esa empresa verá comprometido su futuro. No es extraño, en consecuencia, que a esa entidad le haya sido disminuida la calificación de riesgo emitida por BRC Investor Services S.A., de AA a A+. Eso es muy delicado y aun no se le da la difusión que merece.

 

A todos los antioqueños nos sorprendió la “toma” realizada por el IDEA, al convertirse en accionista mayoritario de la sociedad Pescadero Ituango, luego de adquirir las acciones de unos cuantos pequeños accionistas a un precio exorbitante. La operación, motivo aun de investigación, no se requería y, de todas formas, resultaba sospechosa. No es fácil explicar porqué se pagó en el presente el precio que iba a adquirir la acción cuando el proyecto se pusiera en funcionamiento muchos años más adelante. ¡Gracias Espíritu Santo por el favor recibido!, deben rezar todos esos accionistas por semejante regalazo.

Además, el evento, que se quiso mostrar como un acto supremamente creativo y visionario – propio de una “mentalidad paisa”, según se afirmó, finalmente resultó ser una “toma hostil” y, por lo menos, carente de elegancia y protocolo empresarial, porque el IDEA y la Gobernación de Antioquia olvidaron que meses antes EPM les había cedido, a un módico precio, el número de acciones suficientes para que ambas entidades quedaran con el mismo porcentaje de participación.

El IDEA tuvo que utilizar recursos NO propios (casi todos del Sistema General de Participación y de los municipios, sus “socios” directos) para realizar los aportes que exigía la sociedad Pescadero- Ituango. El problema se agrava, porque a los $72.000 millones que tuvo que aportar en 2009, se le deben sumar los $150.000 que le corresponde entregar en 2010, según el compromiso adquirido. Una pregunta surge de inmediato: ¿De dónde provendrá el dinero que necesita?

Por fortuna para los directivos, pero no para el IDEA como tal, la entidad carece de un control adecuado. Para nadie es un secreto que la Contraloría General de Antioquia es, por decirlo discretamente, muy laxa en el control a ciertos funcionarios muy cercanos al corazón de la administración departamental y, de todas formas, el tipo de vigilancia que desarrolla no es la que una entidad financiera requiere. Ojalá el IDEA tuviera que reportar con la debida regularidad sus indicadores financieros a un organismo como la Superintendencia Financiera, ese sí muy exigente e inflexible. Con absoluta seguridad no estaríamos tan asustados con el futuro del Instituto para el Desarrollo de Antioquia.

Seguí con especial interés el valeroso y muy documentado debate que se le hizo al IDEA recientemente en la Asamblea de Antioquia. Al final se evidenció que el gerente del la Entidad no mostró las cifras reales y que el futuro de la entidad es realmente incierto. La única salida aparente es la que tanto se ha “cacareado”: realizar un proceso de selección para que alguna empresa acometa la construcción y operación de Hidro Ituango. Es decir, a cambio de los $300.000 ó $400.000 millones que recibiría el IDEA como prima por una sola vez, deberá entregar el usufructo del proyecto durante cerca de treinta (30) años. Sería increíble y carente de presentación que el gran proyecto de los antioqueños quedara en manos de alguna firma extranjera, sabiendo que EPM dispone del “know how”, los recursos financieros tanto propios como los del crédito que se requieran y una capacidad técnica, altamente comprobada.

Con la construcción y puesta en marcha de PORCE IV, el proyecto de Pescadero Ituango emergió desde la gerencia de Juan Felipe Gaviria, en la alcaldía de Sergio Fajardo y desde la Gobernación de Aníbal Gaviria, como la obra a emprender con entusiasmo. Las cuentas son muy simples: el año anterior EPM obtuvo utilidades por $1.6 billones de pesos, con una producción en megavatios similar a la que tendrá Pescadero Ituango.

Como antioqueño y como habitante de Medellín, haré todo lo posible para que desde el Concejo de Medellín surja un movimiento amplio y fervoroso que luche para que sea EPM quien desarrolle Pescadero Ituango. Los réditos económicos que obtendrá EPM serán, en último término, para los habitantes de Antioquia, incluidos, obviamente, los de Medellín. Resultará muy fácil encontrar una entidad que realice la valoración pertinente, en cuanto a costos, beneficios y riesgos esperables para que se efectúe justamente la transacción entre EPM y la sociedad. Los intereses de nuestro Departamento y de nuestra ciudad tienen que estar por encima de los deseos e intereses particulares o de algún grupo político. Es el momento. Quizás después las generaciones venideras nos lo reclamen.

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