Por: Gabriel Zapata
Aunque desde los años 90, las PYMES negociaban sus facturas para conseguir liquidez, el próximo 17 de julio se cumplen tres años de la reglamentación de la Ley que revolucionó el manejo de la facturación en Colombia, La Ley Factoring o Ley de Facturas, la cual tuve el acierto de impulsar en el Congreso de la República. Desde un principio esta iniciativa se convirtió en una herramienta eficaz para las pequeñas y medianas empresas que comenzaron a sentir alivios al poder realizar transacciones con sus facturas hasta por 90 días y así salir de la iliquidez que presentaban sus negocios; en resumen, encontraron el camino expedito para fortalecer sus mecanismos de financiación.
Pasado este tiempo de haber entrado en vigencia la Ley 1231, es bueno registrar los enormes dividendos y beneficios que reportan las empresas que vienen haciendo uso de dicho instrumento de negociación. Una sola empresa enfocada al financiamiento, la inversión y la operación financiera del sector empresarial, reporta que gracias al dinamismo y al crecimiento del negocio de la cartera, hoy cuenta con 1200 clientes empresariales que le han permitido un crecimiento del 10 por ciento.
Desde el 2008 cuando se creó la legislación que rige el factoring o factoraje, las empresas especializadas en este mercado, reportan que los negocios con facturas han tenido un crecimiento aproximado del 45%.
No obstante, los excelentes resultados de esta herramienta de liquidez, es bueno anotar que en Colombia el tamaño de las negociaciones con factoring siguen siendo reducidos frente a estándares internacionales, particularmente frente a Europa, Estados Unidos y Chile, en donde más ha evolucionado este moderno sistema de financiación orientado a obtener capital de trabajo. En Chile, país líder de America Latina en Factoring, el monto de las operaciones representa el 13% del PIB, cuando en Colombia apenas si se acerca al 2%. Es por ello que las mismas compañías de financiamiento empresarial hacen un llamado para que las compañías comerciales no sólo den cumplimiento a la legislación vigente, sino que permitan un mayor crecimiento al negocio de compra de cartera, pues gracias a esto, el micro, pequeño y mediano empresario puede obtener fluidez económica inmediata y así puede adquirir materia prima o estar al día con la nómina de sus trabajadores.
Las operaciones de factoring para inversionistas es una gran oportunidad que tienen las empresas, organizaciones o personas naturales para invertir sus recursos económicos o excedentes que tengan registrados. Las facturas se convierten en títulos valores perfectamente negociables, que hoy hacen la diferencia en las empresas para garantizar sostenibilidad en el tiempo y generación de empleo.
Analistas financieros hacen proyecciones optimistas de que el factoring, podría alcanzar para el año 2013, entre el 5 y el 6 por ciento del PIB, esto le daría mayor dinamismo y potenciaría aún más esta herramienta financiera, máxime cuando se tiene la expectativa del TLC con Estados Unidos que podría darle un mayor impulso a la venta de facturas como mecanismo de financiación empresarial.