Indignación nacional ha generado la carta enviada por 25 familias a las directivas del Colegio Alemán de Medellín en la que, paradójicamente, advierten que el contenido nada tiene que ver con política ni con el derecho a la educación. Sin embargo, en defensa del empresariado antioqueño y de los principios y los valores profesados por las familias de la Institución, se manifiestan en contra de la admisión de Aleia y Maia, hijas del alcalde Daniel Quintero Calle y la gestora Social de Medellín, Diana Osorio.   

Insisten en la inconveniencia de aceptar en el Colegio Alemán a las dos niñas de dos y de cuatro años de edad porque sus padres, supuestamente, se han dedicado a atacar “la estructura social y empresarial fundada en los grandes valores (…) que durante años hemos admirado y de la cual nos sentimos inmensamente orgullosos”.

Las familias que remitieron la carta aseveran que la decisión de aceptar a las niñas los indigna y raya con una afrenta a las familias que quieren inculcar a sus hijos “una escala de valores muy diferente”.

Por su parte, 80 estudiantes del Colegio Alemán rechazaron la carta de los 25 padres de familia diciendo que es inadmisible que intereses políticos perjudiquen a una niña de prekinder. Aseguran que este episodio va en contra de los valores que el Colegio pretende transmitirles.

Los estudiantes lamentan que intereses políticos de algunos padres de familia los lleven a querer quebrantar el derecho a la educación de unas niñas y a difamar a su familia, contradiciendo los valores de los cuales el Colegio tanto se enorgullece.

El presidente de la Junta Directiva del Colegio Alemán, Christian Kurk, y la rectora de la Corporación, Anke Käding, se pronunciaron diciendo que la filosofía y principios de la Institución se basan en la formación del principio crítico, el respeto por la diferencia y la democracia, que su carácter es no confecional y apolítico y que reconocen el derecho a la educación de niños y jóvenes.