Por: Luis Pérez Gutiérrez
La Red de Veedurías de Colombia le ha solicitado a la Contraloría General de la República y al Consejo de Estado que reabra el Proceso de Investigación por la Compra que EPM hizo en 2006 del 50% de Orbitel por 85 millones de dólares más la mitad de la deuda con la que cargaba Orbitel, que ascendía a más de $270.000 millones. La transacción, según el Gerente de EPM de ese entonces, se fundamentaba en el “promisorio” negocio del Wimax, palabra casi olvidada por la tecnología para conectarse a la red y a Internet.
A juicio de la Red de Veedurías, el negocio de Orbitel sigue sin esclarecerse pues estudios técnicos indican que se pudo haber defraudado al erario público en más de 53 millones de dólares ante el silencio de los organismos de control.
Es sana la nueva controversia sobre Orbitel que ahora piden las veedurías, pues el destino de los dineros públicos debe ser explicado con transparencia a la opinión pública.
Cualquiera sea quien tenga la razón, hay un hecho cierto de la realidad que merece una respuesta. Veamos.
Cuando EPM compró a Orbitel por US85 millones, EPM reservó U$5 millones para pagarlos después, cuando Orbitel hubiese llegado a vender 70.000 enlaces o clientes Wimax.
La valoración para la compra de Orbitel se hizo bajo la perspectiva que Orbitel vendería antes de terminar el año 2007 los primeros 70.000 enlaces; y solo en ese momento pagaría los 5 millones de dólares. Y, aún más, la meta en la valoración fue que Orbitel seguiría creciendo hasta el 2013, cuando llegaría a cerca de 479.000 enlaces.
Lo único cierto es que a 2010, todas las proyecciones con las cuales se compró a Orbitel son altamente inexactas y desafortunadas. La realidad hoy muestra que el negocio de Orbitel fue un desastre y que el Municipio de Medellín perdió millones de dólares sagrados del dinero público.
Según las cuentas para comprar a Orbitel, a enero de 2010, Une-Orbitel debería haber vendido 324.192 enlaces Wimax. Pero empezando el 2010, solo habían conectados 24.479 enlaces; es decir, la meta se cumplió solo en un 7.5%, lo cual es una vergüenza desde el punto de vista empresarial. Un desfase negativo del 92.5% en una valoración empresarial está muy cerca a un fraude. (SEMANA-Contraloría).
Y precisamente porque nunca han alcanzado a conectar los primeros 70.000 enlaces, es por lo que no le han podido pagar a los ex dueños de Orbitel, los 5 millones de dólares que se adeudan y que siguen guardados en alguna parte de UNE EPM. Y si no se ha pagado esa deuda es porque la negociación tuvo sus tachas.
Quien quiere tener hoy Internet por Wimax? Creo que nadie. En los últimos 5 años, el 78% de los que han comprado Wimax, se han retirado, han cancelado el servicio. Entre mayo de 2006 y enero de 2010 se activaron 113.448 clientes y se retiraron 88.969. Que el 78% de los clientes cancelen el Wimax y sientan repudio por un producto, es un mensaje del mercado para que ese servicio no se ofrezca nunca más. Desde el punto de vista de la gerencia contemporánea, suena irracional insistir en mantener en el mercado un producto fracasado. A pesar de que UNE-Orbitel ha invertido nuevos y cuantiosos dineros para darle respiración artificial al Wimax, los resultados son un fracaso estruendoso.
Porque no es un producto competitivo, la venta del Wimax ha sido un calvario. En diciembre de 2006, fueron 8.644 los conectados. En diciembre de 2007, llegaron solo a 35.026. En Junio de 2008, subieron a 49.388 clientes. Pero en enero de 2010 descendieron a la mitad: 24.479.
La prueba técnica para decidir si hubo o no un error en la compra de Orbitel, son esos 5 millones de dólares que luego de 6 años, no se han pagado, porque no ha sido posible vender los enlaces Wimax acordados en la negociación, ni se alcanzaran a vender en este siglo ni en el otro. Resulta muy extraño que quienes investigan no se den cuenta que ahí siguen los U$5 millones guardados como testigos silenciosos de un presunto derroche del dinero público.