Por: Eugenio Prieto

En septiembre de 2011, la Universidad Nacional reconoció al ingeniero civil y de minas con especialidad en minería del carbón, Guillermo Gaviria Echeverri como egresado ejemplar. En febrero de este año, la Facultad de Minas, lo condecoró como egresado ilustre. En ambos homenajes decididos por las autoridades académicas y miembros de la comunidad universitaria, estuvo acompañado por académicos, ingenieros ilustres y empresarios que han construido país.

La Universidad Nacional de Colombia es el centro académico con mayor prestigio en Colombia. En sus aulas y laboratorios habitan ciudadanos destacados por su sentido crítico, por el rigor para tomar decisiones, por el cuidado en sus criterios. En su Facultad de Minas se han acrisolado colombianos que se sienten orgullosos de ser modelo de cientificidad, apropiación tecnológica y, sobre todo, de rendir homenaje a su lema de “Trabajo y Rectitud”.

Al reconocer a Guillermo Gaviria Echeverri como ciudadano ejemplar, la Universidad y su Facultad de Minas han recogido el balance de una vida dedicada a hacer crecer el país, fortalecer las instituciones, promover la democracia y forjar cultura y tradiciones civilistas y civilizadoras; una prolífica vida que ha merecido todas las condecoraciones de la democracia y los aplausos de la sociedad.

Desde 1923, año de su nacimiento, la parábola vital de este frontineño universal, se ha desarrollado con excelencia en todos los campos del hacer humano: el empresarismo, la docencia universitaria, la política, el periodismo, la ciencia, terrenos en los que se involucra con la pasión del estudiante que busca mejorar su acervo intelectual para contribuir al bien común, esa noción tan extraña en estos tiempos en que los que solo han servido para destruir sociedad, son legitimados para deshonrar a quienes han dedicado con tesón, fervor y honradez, una su vida de servicio a la patria.

Guillermo Gaviria Echeverri es un creador. De programas universitarios que han abierto las puertas al progreso de centenares de personas y de su región. De instituciones empresariales que han fortalecido nuestro sector agropecuario y que hoy son orgullo de Colombia en el mundo, como Colanta, organización que dio dignidad  y futuro a los lecheros antioqueños; como Uniban, la mayor exportadora de banano del país, puntal de estabilidad, bienestar y progresos de la región. De obras que nos han hecho grandes, como el Aeropuerto José María Córdova. De instituciones modernas a las que ha prestado su inteligencia y visión: Comfama, la Andi, el Metro de Medellín, EPM, el Idea, entidades a cuya creación y consolidación contribuyó con generosidad y empeño.

Guillermo Gaviria Echeverri es un formador de espíritus libres que sirven al país. Lo reconocen los centenares de profesionales que han recibido sus enseñanzas en las aulas y en las empresas que ha dirigido. Lo muestran sus hijos Guillermo y Aníbal, así como sus otros seis hijos e hijas, ciudadanos consagrados a promover el progreso del país, allí donde estén.

Guillermo Gaviria Echeverri es un demócrata integral que ha luchado porque en el país la libre expresión tenga espacios y tribunas, que hizo de su curul en el Senado un modelo de debate abierto y democrático, que ha hecho de sus editoriales un ejemplo de debate independiente y constructivo y del periódico EL MUNDO una tribuna donde vive la libertad.

Desde hace más de diez años me abrió las puertas de EL MUNDO para participar con mi columna semanal. En este ejercicio he disfrutado de su respeto a mis ideas y escritos, actitud que demuestra su condición de demócrata integral y lo pone como ejemplo de periodista comprometido con el libre debate de las ideas y la promoción de la conciencia crítica.

Hoy miro con respeto y gratitud la inmensa figura de un grande de Antioquia, Guillermo Gaviria Echeverri. Sé que los errores humanos no lo aminoran pero espero que la Justicia brille para él, para su familia, para quienes estamos conmocionados con una decisión que no podemos comprender.