Puede que la votación de Federico Gutiérrez haya sido contaminada como la de Francia Márquez, pero en ambos casos se cumplió con el propósito de volverlos electoralmente atractivos. Quizá, como se había previsto en conversación anterior en Sinergia Informativa con el analista político, Miguel Jaramillo Luján, amplios sectores del partido Centro Democrático contaminaron la consulta de la Coalición “Equipo por Colombia”, votando por Federico Gutiérrez para convertirlo en la figura capaz de representar los intereses proselitistas del uribismo, languidecidos en la candidatura de Óscar Iván Zuluaga.
“Es que la candidatura de Óscar Iván Zuluaga era una cáscara sin huevo. Desde mucho antes se había dicho que Federico Gutiérrez era el candidato de Uribe. Sin embargo, si la candidata a la Presidencia hubiera sido María Fernanda Cabal, hubiera sido más respaldada. Demostró su peso con la votación para el Senado: 196.865 votos, la segunda más alta de las elecciones del domingo”, dice Miguel Jaramillo.
Pero Jaramillo Luján se pregunta si a Federico Gutiérrez le conviene “uribizarse” y convertirse en el rival perfecto para Petro, aunque es el que más encarna el “uribismo”.
“Porque la figura de Álvaro Uribe sufre un desgaste notorio, el cual se vio en la pérdida de curules en Cámara y Senado, además del Gobierno de Duque que, pese a los esfuerzos, no se sintoniza con los ciudadanos, lo que le genera mala reputación al candidato que quiera la continuidad”, explica.
Respecto del candidato de la Coalición “Centro Esperanza”, Sergio Fajardo, el gran perdedor en las consultas interpartidistas -como también lo fueron Alejandro Gaviria y Jorge Enrique Robledo-, Jaramillo Luján plantea que tiene que sanar las heridas dentro de su coalición y buscar en el País, dónde están las estructuras políticas que lo apoyen, pese a que las rechace idealistamente. De hecho, “Centro Esperanza” también fue contaminada con la votación de Carlos Amaya, con votos de Antioquia y el Pacífico donde el exgobernador de Boyacá no tiene ascendencia. Esto implica que esta Coalición pudo haber sacado menos votos.
El analista Miguel Jaramillo cree, precisamente, que la decisión sobre las candidaturas a la Vicepresidencia debe hacerse de manera pragmática: no pensando totalmente en las funciones que ha de cumplir la figura de la Vicepresidencia, sino en la figura que lleve votos a la campaña y, por supuesto, plata legal, que no provenga de personajes non sanctos y que respete los topes electorales.
“Los votos endógenos no sirven”, agrega.
Miguel Jaramillo Luján afirma que para evitar que Gustavo Petro gane las elecciones en primera vuelta, a Federico Gutiérrez le conviene la centralización de votos en torno a su nombre y a Sergio Fajardo le conviene la dispersión de votos en varios candidatos.