Hace un poco más de un año, el 31 de diciembre de 2019, la Organización Mundial de la Salud –OMS- dio a conocer información acerca del brote de una enfermedad por coronavirus. La enfermedad fue notificada por primera vez en Wuhan, China.
El 29 de enero de 2020, la gerente de Salud Pública de Antioquia, Natalia Montoya, dio un parte de tranquilidad en Sinergia Informativa, a propósito del Coronavirus que tenía en alerta al mundo entero. Dijo que era un virus que no estaba presente en Colombia.
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Hasta entonces, en China había 7.968 casos confirmados y sólo 37 casos en otros países. Colombia no estaba entre ellos.
El 6 de marzo de 2020, hace 11 meses, el Ministerio de Salud y Protección Social confirmó el primer caso de Covid-19 en el territorio nacional, luego de los análisis practicados a una paciente de 19 años procedente de Milán, Italia, quien presentó síntomas. El Instituto Nacional de Salud –INS- confirmó que los resultados a las pruebas fueran positivos.
El 16 de marzo de 2020, el Ministerio de Salud y Protección Social confirmó el primer fallecimiento por Covid-19 en Cartagena: un hombre de 58 años, con comorbilidades como hipertensión y diabetes no tratadas.
Este domingo, 7 de febrero de 2021, en menos de un año antes del primer contagio y del primer fallecimiento, el total de casos de coronavirus en Colombia se ha elevado a 2.157.216. Sólo en un día, las autoridades de salud confirmaron 6.009 nuevos contagios.
Este domingo, 7 de febrero de 2021, se reportaron 300 fallecimientos más, con lo que el País llegó a 55.993 muertes por Covid-19.
Este domingo, 7 de febrero de 2021, en Antioquia los contagios ascendieron a 331.650 casos y la letalidad por culpa del Covid-19 llegó a 6.134 muertes.
Hace menos de un año se trataba de una enfermedad lejana, con contagios lejanos y con muertos lejanos. Y pese a las cifras de contagios y muertes ya muy cercanos, al incremento de la ocupación de las camas UCI, a las declaratorias de alerta roja hospitalaria, a un País en Estado de Emergencia Sanitaria, con medidas restrictivas que han puesto en jaque muchos sectores económicos, muchos empleos y el orden público del País, son también demasiados los colombianos que creen que el Covid-19 no existe o no enferma o no mata.
Todos conocemos a muchos de esos 2.157.216 contagiados y a muchos de esos 55.993 muertos en Colombia o de los 6.134 muertos en Antioquia. Ya no tenemos dedos en las manos y en los pies para contar los amigos, familiares, vecinos, colegas, compañeros de trabajo y de estudio o conocidos intubados en las UCI o muertos.
No tenemos dedos en las manos y en los pies para contar el número de contagiados y de muertos, porque son muchas las familias conocidas que han puesto uno, dos, tres y hasta cuatro víctimas graves y letales.
Ya no son noticias con cifras, ya no son duelos ajenos: son enfermos y muertos con caras conocidas, con nombres y apellidos que hemos pronunciado muchas veces… y ya no lo haremos más. Sólo estarán en el recuerdo.
En medio de la polémica untada de politiquería -porque la decisión gubernamental es contraria a quienes insisten en cuarentenas, toques de queda o ley seca o contraria a quienes insisten en reactivación económica y social total- está la realidad de un virus mortal que demanda compromiso, disciplina y responsabilidad de cada uno de nosotros.
El Gobernador de Antioquia acaba de levantar la Alerta Roja Hospitalaria insistiendo en que el compromiso sigue siendo de la ciudadanía, que debe cumplir estrictamente con los protocolos y medidas de bioseguridad, cuidando, especialmente, a sus seres queridos mayores de edad.
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El Alcalde de Medellín anunció que la Ciudad superó la etapa más difícil de la nueva ola de contagios y, por ende, confirmó que este fin de semana no habría ni Ley Seca, ni Toque de Queda, ni Pico y Cédula en Medellín, pero esperando, igualmente, que la ciudadanía cumpla con las medidas recomendadas para evitar los contagios.
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Pero serán palabras vacías sin efecto en la consciencia de todos, potenciales víctimas del Covid-19, si no asumimos que es un virus real que se ha llevado muchas caras conocidas y, si no hay real compromiso, la nuestra será una de ellas.
