El soborno es un fenómeno vinculado a la corrupción, el cual obstaculiza el desarrollo, distorsiona la competencia, aumenta los costos, disminuye la calidad de productos y servicios y socava la credibilidad y la confianza en las instituciones”.

Así comienza la introducción que el contralor Distrital de Medellín, Pablo Andrés Garcés Vásquez, le hace a la “Cartilla del Sistema de Gestión Antisoborno (SGAS)” del Organismo de control fiscal.

Esta Cartilla tiene el propósito de fortalecer las buenas prácticas, la cultura de integridad, mejorar el desempeño de la administración y minimizar los riesgos de soborno. Por eso, la Controlaría Distrital de Medellín, comprometida con una gestión eficaz, decidió implementar un Sistema de Gestión Antisoborno bajo la norma internacional ISO 37001, que pretende fomentar políticas que prohíban el soborno y combatan cualquier práctica relacionada con éste al interior de los procesos y actividades propias de su quehacer institucional. Así promueve los principios y los valores éticos definidos en su Código de Integridad.

Se entiende como soborno la oferta, promesa, entrega, aceptación o solicitud de una ventaja indebida de cualquier valor (que puede ser de naturaleza financiera o no financiera), directamente o indirectamente, como incentivo o recompensa para que una persona actúe o deje de actuar en relación con el desempeño de las obligaciones de esa persona.