Por: Eugenio Prieto
Aunque no estoy de acuerdo con la operación tortuga que adelantaron, me sorprendí al leer la noticia: “…culminó con éxito el proceso de negociación con los controladores aéreos del país. El acuerdo contempla entre otras cosas, la incorporación de 35 nuevos controladores de tránsito aéreo, que ingresarán a la planta de la Aerocivil, en el menor tiempo posible”.
¡35 nuevos controladores! En septiembre del 2010, en la Comisión VI del Senado de la República, sobre nuestro cuestionamiento por la existencia de un déficit del 40% de los controladores aéreos, el Director de la Aerocivil nos dijo: “…queremos vincular más de 200 controladores aéreos (…) los que se vayan a contratar, son necesarios para el flujo que estábamos esperando en este momento, pero dentro de cinco años pueden ser más…”. Director, dígale al país cuántos de los más de 200 prometidos han ingresado y si los 35 son suficientes.
El transporte de pasajeros en los últimos 18 años ha aumentado en un 120% en vuelos nacionales y 296% en internacionales. Las operaciones aéreas han aumentado entre el año 2004-2011 más del 22%, pasando de 874.790 operaciones en el 2004 a 1.142.482 al 2011. Para el año 2010 se movilizaron 20.143.296 personas, incrementándose en 3.854.301 los pasajeros con respecto al 2009. El mayor crecimiento se presentó en la operación doméstica con un 30% y en la operación internacional un 11%.
De manera contradictoria, el crecimiento del sector no ha coincidido con el despliegue de estrategias oportunas y eficaces para mejorar el servicio y responder de acuerdo con las normas internacionales de la OACI, a los requerimientos competitivos que esto implica. No puedo comprender por qué mientras el sistema de transporte aéreo es quizá uno de los servicios comerciales con mayor crecimiento en los últimos años en Colombia, la planta de personal de los controladores aéreos -fundamentales para la seguridad aérea-, se mantiene prácticamente estática.
La gravedad de la situación de los controladores aéreos, es sólo una pequeña parte del problema estructural de la Aerocivil. Dos grandes fenómenos se han venido configurando en el sistema: el maltrato y abuso de los derechos de los usuarios por un lado, y la falta de condiciones de seguridad aérea, por el otro. Desde la Comisión VI, acompañamos al Senador Efraín Torrado en el análisis descarnado que realizó sobre los derechos de los usuarios y la necesidad de encontrar alternativas de solución a los problemas tarifarios, las sanciones, las penalidades, las reservas, y el maltrato que a diario sufren los usuarios.
Las fallas o abusos en la prestación del servicio frente a los usuarios se mantienen, entre otras, cancelación de vuelos; incumplimiento de los itinerarios ofrecidos por las aerolíneas; publicidad engañosa; se incumple en la distribución de información sobre los derechos de los usuarios; pérdida de equipajes; sobreventas de tiquetes; múltiples fallas del servicio en los aeropuertos; falta de planeación en el diseño de la infraestructura de acuerdo a la demanda presente y futura del mercado.
A este complejo escenario de vuelo, debemos agregar la inseguridad aérea a la que nos vemos expuestos diariamente debido a fallas técnicas y carencias en la infraestructura técnica y humana de la operación aérea en el país, como duplicidad de radar, falla de detección y falla de frecuencia aeronáutica, todas, potenciales de afectación de movilidad aérea.
En este contexto debemos preguntarnos, ¿el Sistema de Transporte Aéreo está lo suficientemente preparado para afrontar con seguridad y calidad en el servicio, los niveles de operación que se han alcanzado y el crecimiento que se avecina? ¿Cómo resolveremos un problema estructural como el de la Aerocivil, del que dependen las vidas de todos los que a diario vuelan en el país? ¿Dónde está el piloto del Sistema de Transporte Aéreo en Colombia?