Luis Bernardo Vélez

“Eso fue… no fue así… yo lo vi en el noticiero, lo leí en la prensa o se lo escuché a peranito” dicen muchos; y más allá del canal, el periódico o la emisora, en un momento nos detenemos a pensar si realmente los medios de comunicación en Colombia cumplen con sus funciones esenciales: Informar, educar y entretener; seguramente la respuesta para algunos será que sí, para otros quizá sea que se hace de una forma mediocre y claro está, habrán quienes den un rotundo no al respecto.

Yendo más allá de estas funciones, quisiéramos centrarnos en la pregunta ¿se promueve la construcción de ciudadanía desde los medios de comunicación? y es ahí en donde empezamos la reflexión: en la discusión siempre ha estado que es la verdad el eje sobre el que se mueven los medios de comunicación, y es ese concepto el que deben cumplir a cabalidad para lograr la construcción de ciudadanía. Autores norteamericanos Bill Kovach y Tom Rosenstiel señalan en uno de sus textos que “El propósito fundamental del periodismo es proporcionar a los ciudadanos la información que necesitan para ser libres y capaces de gobernarse a sí mismos”. Eso es uno de los puntos principales en los que los medios, como generadores de opinión pública, se deben centrar, vislumbrar más allá de la información y optar por entregar a la comunidad más detalles para que generen sus propias opiniones y trabajen en la construcción de sus comunidades.

Sin embargo en la actualidad vemos, en ocasiones, como algunos medios de comunicación masivos operan bajo una lógica en la que prevalecen intereses de los entes gubernamentales y económicos y nos muestran una agenda temática e informativa que se reproduce sin filtro ni crítica dejando de un lado el compromiso adquirido con la verdad, con la investigación, con la confrontación, pero lo que es más grave aún, con sus lectores, oyentes o televidentes que son los mismos ciudadanos y ciudadanas de este país.

Los medios de comunicación deben lograr una integración, deben acercarse a las comunidades cumpliendo con los tres parámetros arriba mencionados, pero su mirada nunca debe alejarse de la construcción de opinión pública  informada y deliberante, pues ese es el gran aporte a la construcción de ciudadanía. Sería triste pensar que esto sólo es un bonito discurso en las aulas de clase de las universidades, o de  las personas que creemos en que fortalecer la cultura política y ciudadana nos dará oportunidad de una mejor sociedad. Pero no es así ¡esa es la apuesta! Y acá es donde cobran valor las propuestas diferentes e independientes, los medios alternativos, que buscan rescatar la lealtad ante los ciudadanos y ciudadanas, y enrutar las propuestas informativas para que cada vez las voces de todos ganen más espacios y planteen agendas donde las mismas comunidades estén reflejadas.

Pensemos que no sólo es responsabilidad de los medios de comunicación, también es de todos los ciudadanos y ciudadanas, que al ser críticos, al no tragar entero, al indagar y reconocer el ejercicio del periodismo serio y profesional permitirá una incidencia en ellos mismos, porque hasta al final queremos que éstos también sean un medio hacia la democracia.