EPM y Aguas Nacionales, filial del Grupo EPM, han logrado avances que apuntan a una mayor estabilización de la planta de tratamiento de aguas residuales “Aguas Claras”, ubicada en el municipio de Bello, con la terminación de 20 de las 36 acciones anunciadas por la Empresa para eliminar y controlar los olores.

Los trabajos diarios de operación y mantenimiento de “Aguas Claras” se realizan bajo los más estrictos protocolos y las medidas de prevención y protección para garantizar la salud de la comunidad, los trabajadores y los contratistas. Sin embargo, con todos estos esfuerzos, los impactos de la pandemia del coronavirus a nivel mundial, inevitablemente impactarán los tiempos programados para completar los ajustes técnicos definidos para el control de fuentes puntuales de los olores, en especial por la imposibilidad en la llegada de recursos importados.

Ya se está haciendo aspersión manual en la zona de aireadores, cumpliendo el 100% de la acción definida, para el control del escape de gas del canal de descarga de los tanques primarios. Se tiene el control de los equipos del Centro de Control de Proceso 9 (COP9), en el tratamiento secundario, lo que asegura que cualquier fallo en este proceso se revierta de manera inmediata.

Complementario al plan de trabajo, se adelantó la reposición y aumento de capacidad de dos de las cuatro bombas de espesamiento por gravedad. Estas bombas de cavidad progresiva llevan el lodo de los tanques de espesamiento hacia los digestores y permiten operar el proceso primario con la capacidad plena de bombeo y brindar mayor confiabilidad sobre el proceso de extracción de lodos primarios.

Adicionalmente, se han implementado otras medidas en el control de las redes del sistema de alcantarillado, para evitar los vertimientos de clientes con microplástico que ha estado llegando a la planta, causando obstrucciones en algunas estructuras del proceso.

Gracias también a los avances, el sistema de gestión de energía permite que un respaldo entre a operar de manera inmediata cuando se detecta un fallo o se efectúa una prueba, lo cual evita traumatismos en la operación y, por lo tanto, la normalización de los procesos tardará mucho menos que antes de tener estas medidas.

En un aporte a la calidad de vida de los habitantes del Valle de Aburrá, la planta “Aguas Claras” remueve mensualmente un promedio de 450 toneladas de arenas, 300 toneladas de residuos ordinarios de Agua Residual y más de 2.700 toneladas de contaminación como sólidos suspendidos que dejan de llegar al río Aburrá-Medellín.

La planta “Aguas Claras” es fundamental para devolver la vida al río. En conjunto con la planta “San Fernando”, en el municipio de Itagüí (la cual fue construida por EPM hace 20 años), aportan al tratamiento del 84% de las aguas residuales del Valle de Aburrá, removiendo la carga contaminante que sale de las viviendas, comercios e industrias de gran parte de la región metropolitana.