El “discurso fascista”, grosso modo, se hace visible y diferenciable de otros discursos políticos e ideológicos cuando el que lo representa, generalmente la derecha política e ideológica, define un “enemigo” que, supuestamente, es capaz de llevar al País, al Departamento o al Municipio o Distrito a un final catastrófico en lo político, lo social, lo económico, lo cultural y lo religioso.
En Colombia, ha sido la derecha -representada en partidos políticos como el Centro Democrático y el Conservador- la que ha levantado esa bandera del “enemigo” al que hay que vencer a toda costa, porque entraña el “apocalipsis” del statu quo o de las cosas supuestamente cambiables e inmejorables.
Según la derecha en Colombia, el “enemigo” a vencer es aquel que se parezca o genere el riesgo de llevar al País hacia un sistema político parecido a Cuba o a Venezuela. De ahí la expresión “catrochavista” que fue capaz, de manera increíble, de llevar a los colombianos a participar con miedo en el Plebiscito por la Paz del 2 de octubre de 2016, y lograr que ganara el “No” a la pregunta “¿Apoya el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera”.
En estas elecciones territoriales se repite el “discurso fascista” en torno a un “enemigo” que hay que vencer a toda costa y se trata de la construcción del relato proselitista en torno al “Petrismo – Quinterismo”, que supuestamente representa lo peor que le puede suceder al departamento de Antioquia, por ejemplo, con candidatos a la Gobernación que señalan de “petristas – quinteristas” como Luis Pérez, Esteban Restrepo y Julián Bedoya.
En el caso de Luis Pérez, quien según las encuestas sería el próximo Gobernador de Antioquia, el ensañamiento en redes sociales con la afirmación que es el “candidato de Petro”, busca amedrentar a miles de electores incautos, desinformados y temerosos, para que decidan votar por otro que, al contrario, odie a Petro y lo señale de ser la “peste” que viene con el apocalipsis.
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Al mejor estilo de la propaganda fascista, en la contienda por la Gobernación de Antioquia se está apelando a los sentimientos, a las emociones, a las pasiones y a los instintos y no a la razón de las personas.
Al mejor estilo de la propaganda fascista se está buscando satanizar a Luis Pérez, convirtiéndolo en el “demonio” político que hay que aniquilar en las urnas, a través de mensajes de odio, cargados de mentiras repetidas incesantemente para que terminen volviéndose “verdad” en la mente de los incautos, desinformados y arrastrados a votar con miedo, que es la intención de quienes tienen miedo de que el próximo Gobernador sea Luis Pérez, si las encuestas son “palabra de Dios”.
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Lo cierto es que ésta ha sido una contienda electoral en la que muchos electores, especialmente los desinformados y los convertidos en “idiotas útiles”, irán a las urnas sin saber qué bueno hay en los programas de gobierno de los candidatos, en pro de la satisfacción de sus necesidades y la solución de sus problemas. Lamentablemente irán a votar estimulados por los discursos y señalamientos que apelaron a sus bajos instintos -con miedo, con rabio y con odio-, porque quienes con infamia los estimularon no les propusieron cambios reales para su bienestar y el del interés general.
