Por: Jorge Enrique Vélez García

!Con qué desfachatez y cinismo culpa el alcalde de Medellín, Alonso Salazar Jaramillo, al Gobierno Nacional del incremento de homicidios en la ciudad, que en el mes de octubre llegó a 226!

Es preocupante conocer las cifras entregadas por el Instituto de Medicina Legal, las cuales señalan que entre el 1 de enero y el 31 de octubre de 2009, se han cometido 1.717 homicidios en Medellín.

El informe detalla cómo la Comuna 6 (Castilla) continúa siendo la zona donde más muertes violentas ocurren en la ciudad, con un total de 170. La confrontación entre bandas delincuenciales que tiene lugar en esta zona, ha sido tan fuerte que la Administración Municipal se vio obligada a imponer un toque de queda para menores de edad entre agosto y octubre. Sin embargo, esta comuna arrojó 22 homicidios en septiembre, nueve más que agosto, cuando los homicidios fueron 13. En octubre fueron 20.

En la Comuna 3 (Manrique), también hubo un incremento en el número de personas asesinadas, pese a la misma medida que se adoptó en Castilla: en agosto se registraron 18 asesinatos, en septiembre, 20, y en octubre la cifra subió a 26, para un total en el año de 158 homicidios. En la cantidad de homicidios, compite con la Comuna 10 (Centro), otra de las zonas de alta conflictividad en la ciudad.

No sólo es preocupante: es escalofriante y, además, indignante, cuando escuchamos a Salazar Jaramillo lavándose las manos: que la culpa del incremento de los homicidios en la ciudad es del Gobierno Nacional, le dijo a un medio de comunicación.

Como van las cosas, este año es muy posible que los homicidios superen los dos mil casos. Sin embargo, no vemos en el Alcalde a la persona capaz de enfrentar eficazmente el problema. En realidad parece no importarle. Eso es lo que ha mostrado, asumiendo actitudes como la del pasado Consejo de Seguridad realizado en el barrio Belén, en el suroccidente de Medellín, cuando prefirió dedicarse a inaugurar un centro de salud en el corregimiento Santa Elena, antes que asistir al Consejo convocado por el propio Presidente de la República, quien sí ha demostrado preocupación desde que  descubrió el maquillaje que en años anteriores estuvo tapando la realidad de la violencia en Medellín, y dejó en evidencia un problema que hay que erradicar como sea.

Según Medicina Legal, este año la tasa de homicidios de Medellín se ubica en 73 por cada 100 mil habitantes, superior a la de ciudades como Bogotá y Cali, y sólo por debajo de otras urbes como Ciudad Juárez, en México, donde la tasa llega a 130 por cada 100 mil habitantes; Caracas, Venezuela, donde el promedio es de 96; y Tijuana, México, con 92 por cada 100 mil habitantes.

No es difícil  presumir que todo esto es resultado de los supuestos pactos oscuros con grupos armados al margen de la ley que se hicieron supuestamente en la administración de Sergio Fajardo Valderrama, lo que generó la llamada “donbernabilidad”, y que continuaron con Alonso Salazar, tal como lo ha confirmado en varias oportunidades el ex jefe paramilitar, Diego Fernando Murillo Bejarano, alias “Don Berna”, recluido en una cárcel de Estados Unidos. Que haya afirmado que le brindó apoyo financiero y electoral al Alonso Salazar como candidato a la Alcaldía de Medellín, debe ponernos a pensar seriamente en esa presunta “donbernabilidad” que ahora se les ha salido de las manos.   

Como una olla a presión, la violencia represada de los grupos armados que no han dejado de existir, reventó mostrando su verdadera cara. La misma que el presidente Uribe dijo en Envigado que estaba maquillada para engañar con una falsa esperanza a los habitantes de una ciudad que no ha dejado de estar dominada por el miedo. 

La verdad es una: Medellín registra niveles alarmantes de criminalidad (226 homicidios en octubre, 1.717 en 10 meses, 73 homicidios por cada 100 mil habitantes), un proceso de reinserción fracasado, el desempleo en el 15,5%, graves problemas de movilidad . Con esas cifras es imposible asegurar que Medellín es la ciudad con mejor calidad de vida, como lo concluyó el Consejo Privado de Competitividad.

Por favor, Alcalde, no le mienta más a los habitantes de Medellín y al país entero. Diga la verdad, para  que con base en ella usted y las diferentes autoridades competentes trabajen honesta y oportunamente para solucionar los problemas que aquejan a 2,5 millones de habitantes, y no para reivindicar su imagen, imposible de maquillar como las cifras de la inseguridad.

Es  injusto que Alonso Salazar Jaramillo le endilgue los problemas de Medellín al Gobierno Nacional.

Por favor, Alcalde, asuma su responsabilidad y no permita que la ciudad se siga desangrando. No improvise más. Tenga en cuenta que a sólo unos cuantos días de finalizar el año, en la Ciudad ya se superó la tasa de homicidios registrada en los últimos cinco años. Esa verdad tiene que invitarlo a reflexionar y a enfrentar con responsabilidad el problema. 

PD. Para el candidato presidencial Sergio Fajardo el hacer este tipo de denuncias es política de cañería y seguramente tiene razón, pues a las cañerías van los desechos de la realidad y no como su política de maquillaje que lo que busca es tapar la misma.