Por: Eugenio Prieto Soto
El gran reto del Gobierno para lograr resultados, será concertar con las nuevas administraciones territoriales, los esquemas de financiación conjunta de los proyectos :senador Eugenio Prieto (Partido liberal).
Ante el inocultable fracaso de los Planes Departamentales de Agua -PDA- en el país, el Gobierno Nacional informó ayer que les pondrá fin “…porque considera que hay sobrepeso de burocracia”. -Son muchas más las razones-. “El programa Agua para la Prosperidad, es la nueva estrategia para atender las necesidades en materia de agua potable y saneamiento básico en el país”…
Los correctivos son más que necesarios. A la luz de la nueva ley de vigencias futuras excepcionales que aprobamos en el Congreso de la República la semana anterior, el gran reto del Gobierno para lograr resultados diferentes a los fracasados PDA e impactar con esta nueva estrategia que parece al fin incluir lo rural, será concertar con los nuevos gobiernos territoriales los esquemas de asociación público privados y sociales, y en un marco de responsabilidad y disciplina y fiscal, los mecanismos de financiación conjunta de los proyectos.
Del fracaso nacional, Antioquia es campeón territorial. Según información del Plan Anual Estratégico y de Inversiones -Paei- 2011, en el departamento existen 15 proyectos por $68.852 millones, a la fecha no se ha radicado por parte del gestor ningún proyecto en ventanilla única; 60 municipios se encuentran vinculados al PDA a través de convenio tripartito, tres en proceso de vinculación y no obstante las presiones indebidas del actual Gobierno de Antioquia, más de la mitad de los 125 municipios están por fuera.
Por tanto, ratifico la propuesta de asignarle a EPM la responsabilidad de orientar con criterio técnico y social, la planeación y programación de la ejecución de los recursos del programa “Agua para la Prosperidad” y de participar activamente en el diseño institucional que debe darse en el departamento y sus regiones para obtener el mejor provecho de los recursos.
La verdadera departamentalización de EPM en materia de servicios públicos es la de poner al servicio de la región todo su conocimiento y experiencia en el sector y servir de instrumento dinamizador del desarrollo, en especial, ser impulsor de la ingeniería regional, y del mejoramiento en la calidad de los servicios; pues no se trata de que EPM se apropie de las redes y de los excedentes públicos que se generan en los municipios, sino de que cumpla otros roles.
Que apoye con criterio técnico las decisiones que deben adoptar los agentes del sector; que participe en la estructuración de los proyectos por municipio o por región y conjuntamente con los municipios y sus organizaciones sociales, las empresas municipales y algunos agentes regionales, en la consolidación accionaria de empresas colectivas, locales y regionales que desarrollen la prestación de los servicios públicos.
Sería ideal que el rol que jugara EPM en “Agua para la Prosperidad” en Antioquia, sea el de gerente técnico del Programa, y que el reglamento que se expida reconozca explícitamente que además puede ser socio de sociedades en casos especiales, previa intervención del gestor del Programa, que es quien debería establecer en qué casos este es un mecanismo conveniente.
EPM debe ver en el departamento, los municipios y las organizaciones sociales, unos aliados para el desarrollo y que su vinculación en el Programa de “Agua para la Prosperidad” en Antioquia, es una verdadera “empresa social”, que le permite a Medellín adelantar una política de equidad regional y compensar los beneficios obtenidos de la región.
Así, estamos seguros, será posible que la ciudadanía expresada en sus organizaciones que prestan el servicio de agua potable y las empresas públicas municipales, asumirán un papel primordial en el cuidado y protección tanto del agua como de los ecosistemas que la regulan y la alianza Medellín y Antioquia, de Aníbal y Fajardo, puede avanzar en este nuevo escenario, entregando a EPM las responsabilidades que se convengan en la ejecución de esta política regional que debe servir de ejemplo para el país.