Por: Fabio Humberto Rivera

La Secretaría de Salud de Medellín ha dejado de ejecutar en los últimos cuatro años más de 160 mil millones de pesos, recursos que se encuentran en el Fondo Local de Salud y no se pueden invertir.

La red hospitalaria de Metrosalud la conforman diez unidades y 41 centros y puestos de salud localizados en los barrios donde está la población más pobre.

 

El Municipio ha invertido e invertirá en los próximos dos años recursos que superan los 120 mil millones de pesos en infraestructura hospitalaria y en desarrollo tecnológico, para mejorar la atención del millón de personas del Sisbén 1, 2 y 3.


El recurso humano de Metrosalud está preparado para atender y responder por todos los eventos de primer nivel de complejidad en salud e incluso del segundo nivel.

 

La comunidad no entiende por qué no se hacen procedimientos menores en los centros de salud, subutilizando una red en la que se ha invertido mucho.

 

Los habitantes de Palmitas, Altavista y Santa Elena se ven obligados a acudir a San Cristóbal, a Belén o a Buenos Aires para aplicarse un benzetacil, hacerse una curación, suturarse una herida o realizarse una nebulización.

 

Los pacientes cuando consultan en un centro de salud por deshidratación, crisis asmática, abceso, amigadalitis o una cortada, son remitidos a las unidades hospitalarias, congestionando los servicios de urgencias por cuenta de una reglamentación miope del ministerio de Protección Social y de la falta de liderazgo local y regional para habilitar salas de procedimientos menores en la totalidad de los centros de salud de Medellín en beneficio de los pacientes del Sisbén 1, 2 y 3.

No es compresible ni aceptable que el ministerio de Protección Social, donde trabajan médicos que estuvieron al frente de la gerencia de Metrosalud, reglamente en contra de una realidad social que vive Medellín.

 

No es justo que un millón de personas, en diferentes momentos, tengan que desplazarse lejos de sus viviendas para ser atendidos por eventos médicos que podrían y tendrían que resolverse en los centros de salud más cercanos a sus casas.

 

Que muchos de los centros de salud estén subutilizados por cuenta de las normas del Gobierno Nacional constituye una vergüenza y genera grandes pérdidas.

 

Por supuesto que ha faltado liderazgo local para habilitar a los centros de salud en procedimientos menores y a cinco o seis de ellos por su ubicación en atención de urgencias.

 

Dos años atrás se dio la pelea a favor de la comunidad para que se montaran las farmacias en los centros de salud, posibilitando con esto la entrega a tiempo de los medicamentos a los pacientes del Sistema Subsidiado de Salud.

 

Menos comprensible aún era que las normas hubieran desmontado estas farmacias poniendo una barrera más en el acceso al sistema de salud.

 

La reapertura de las farmacias, la ampliación de los horarios, las cuantiosas inversiones en infraestructura y el desarrollo tecnológico son un acierto del Alcalde Alonso Salazar, de la Secretaría de Salud, del director de Metrosalud y del Concejo de la ciudad.

 

El reto es habilitar salas de procedimientos menores en los centros de salud, habilitar cinco o seis centros en atención de urgencias, encontrar el Centro de Salud del Estadio que se perdió y garantizar la atención de los pacientes del nivel 3 del Sisbén que han sido excluidos en los convenios con el Servicio Seccional de Salud.

 

Las 300 mil personas del Sisbén 1, 2 y 3 que se encuentran identificadas y que no están aseguradas deberán ser carnetizadas por las E.P.S que tienen contrato con la Secretaría de Salud y así afirmar que contamos con cobertura universal. Ese es otro gran reto.