El senador Nicolás Echeverry Alvarán anunció con claridad su postura: votará NO a la consulta popular laboral impulsada por el presidente Gustavo Petro. La califica como una consulta inocua, costosa e innecesaria, que no obliga al Congreso, no resuelve los problemas de fondo del mercado laboral y, además, plantea preguntas que todos los colombianos podrían responder afirmativamente sin necesidad de un mecanismo tan oneroso.
“¿Quién podría estar en desacuerdo con mejorar las condiciones laborales de los trabajadores? Nadie. Pero gastar casi 800 mil millones de pesos para preguntarlo, es un despropósito”, afirma Echeverry.
Esa millonaria suma -advierte- podría utilizarse para subsidiar a los aprendices del SENA, fortalecer el sistema de salud o mejorar las condiciones de seguridad social.
“Estamos frente a un acto populista que derrocha recursos en medio de una profunda crisis fiscal”, agrega.
Pero más allá del gasto y la inutilidad jurídica de la consulta, lo que más le preocupa al Senador conservador es el rumbo que representa: un camino muy parecido al que recorrió Venezuela hace más de dos décadas.
“Es un libreto conocido –insiste-. Se disfrazan de participación democrática decisiones que buscan imponer reformas sin el debate técnico ni institucional que exige la democracia”.
Echeverry recuerda que en Venezuela también se recurrió a consultas populares para justificar cambios estructurales, empezando por reformas laborales, supuestamente justas. Pero el resultado fue devastador: se instauró la inamovilidad laboral, se expropiaron empresas, se fijaron precios de manera artificial y se aumentaron salarios sin respaldo productivo. La consecuencia: destrucción del aparato productivo, fuga de inversiones y colapso económico. Entre 1998 y 2014 cerraron más de 490.000 empresas y la informalidad laboral se disparó.
Citando cifras del Fondo Monetario Internacional, el Senador destaca que Venezuela alcanzó una inflación de más de 1.000.000% en 2018 y que el desempleo y la migración masiva fueron el precio de decisiones mal orientadas.
“Colombia es testigo de eso. Millones de venezolanos han llegado a nuestro país buscando oportunidades que su propio país les negó”, recuerda.
Echeverry alerta sobre la necesidad de aprender de esa historia: “Colombia no puede caer en la trampa del populismo disfrazado de democracia. La justicia social no se construye sobre las ruinas de la economía”.
Reitera que el País sí necesita reformas, pero bien pensadas, discutidas con rigurosidad y aprobadas dentro del marco democrático.
Finalmente, insiste: “Esta consulta es un error, es costosa, innecesaria y peligrosa. Por eso, en el Senado de la República, votaré NO”.