Por: Ramón Elejalde Arbeláez

El ejercicio de la oposición en toda democracia es un requisito indispensable para que ella exista. La mejor evidencia de mi afirmación está en la decisión que acaban de tomar los accionistas mayoritarios de la Hidroeléctrica de Ituango, al entregarle a Empresas Públicas de Medellín la construcción y administración de la misma por 50 años.

 

Eugenio Prieto, Jorge Mejía y quien escribe decidimos inicialmente denunciar no solamente el entarimado poco claro de la toma hostil que de Hidroituango hizo el Departamento a través del IDEA, sino que alertamos al pueblo antioqueño para que se opusiera al exabrupto de entregarles a unas firmas extranjeras la construcción y operación de la obra. En este empeño siempre contamos con el decidido apoyo del periódico EL MUNDO, con su director Guillermo Gaviria Echeverri al frente. No fue fácil. Muchos nos tildaban de monotemáticos y las descalificaciones fueron reiteradas. Nunca desfallecimos en el empeño de la denuncia.

 

A ese propósito inicial de Prieto, Mejía, Elejalde y EL MUNDO le llegó un refuerzo definitivo cuando hicieron pública su posición los ex gobernadores Aníbal Gaviria Correa y Juan Gómez Martínez. El Foro que sobre el tema organizaron los periódicos El Colombiano y EL MUNDO marcó un hito y la dirigencia antioqueña comprendió que la obra más grande que en muchos años se realizará en Antioquia tenía que ser construida y operada por una empresa paisa, que por lo demás tiene el músculo financiero y la capacidad técnica para emprenderla. Las alarmas prendidas en la Asamblea de Antioquia por los diputados Jorge Gómez y Nicolás Pineda, al igual que los debates organizados en el Concejo de Medellín y el análisis del tema desarrollado por algunos grupos de estudio liderados por el concejal Luis Bernardo Vélez y algunas ONG de la ciudad, fueron también decisorios en el rumbo que la obra tomó finalmente.

 

La oposición es necesaria. Bien lo decía Nicolás Avellaneda que “La existencia de los partidos es indispensable en el régimen constitucional, que necesita autoridad en el Gobierno y eficacia en la oposición”. Imposible elevar una cometa sin que tenga cola. Creo que nadie lo ha podido hacer.

 

De no ser por la posición enhiesta de un grupo de dirigentes, de los dos periódicos antioqueños y de la clarísima actitud del ex presidente Álvaro Uribe, para que la construcción y operación de la obra corriera por cuenta de Empresas Públicas, hoy seguramente estaríamos notificados de que una empresa extranjera desarrollaría el proyecto de Hidroituango.

 

No todo en la negociación fue color de rosas, pero no todo tiene que salir al 100% de perfección. Entregar la explotación a Empresas Públicas por 50 años fue necesario para poder recibir el IDEA la compensación de los 205 millones de dólares y además, permitir que un gobernante, así sea el que realizó el negocio, reciba parte de las utilidades futuras, no es sano para la posteridad. Pero bueno, a lo hecho pecho.

Notícula 1. Cuando Luis Alfredo Ramos se posesionó como Gobernador puso a funcionar su espejo retrovisor por el estado de algunas vías. Hoy, en obras realizadas por este mandato en la doble calzada a Las Palmas, existen problemas por derrumbes de rocas en el retorno de Baltimore y un hueco, tapado con brea, pero que amenaza daño, frente al CAI de la policía. ¿Será también culpa del gobierno anterior? o ¿ahora si podemos decir que es culpa del inclemente invierno?

 

Notícula 2. Solidaridad con Caracol y con sus vecinos y rechazo enérgico a los terroristas que pusieron la bomba. Rechazo por el asesinato de Luis Germán Restrepo Maldonado, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Compañía de Empaques, a quien no conocí. Igualmente hay que rechazar el asesinato del profesor del Tecnológico de Antioquia, doctor Oscar Oquendo Agudelo, quien infructuosamente me buscó para entregarme graves denuncias que tenía, que finalmente prefirió hacerlo a la Fiscalía y no compartir conmigo. Tampoco logré conocerlo.

 

Notícula 3. En pésimo estado la vía Frontino-Nutibara que atraviesa una rica región. Hace bien el Gobierno de Antioquia en acordarse de las vías terciarias del departamento, pero a ésta debe invertirle mucho más de lo anunciado. Su estado es deprimente.