Balmore González

 Por: Balmore González Mira

Respeto profundamente  a los medios de información, además de admirar la labor de los periodistas, que cumplen una tarea de las más difíciles de desempeñar, como es mantener bien y objetivamente informados a la ciudadanía. Una noticia negativa, así como una cirugía mal  practicada, literalmente, pueden acabar con la vida de un ser humano. Por ello la verdad y solo la verdad, debe ser siempre el principio fundamental que debe reinar en este medio y cuando hay dos versiones deben enseñarse y no parcializarse para poder complementar la investigación con toda objetividad.

Los periodistas merecen todo nuestro reconocimiento y así como los hay buenos y excelentes, hay también aquellos que demeritan la profesión y son capaces hasta de inventar historias para supuestamente lograr la chiva o la primicia, así luego les toque aclarar o rectificar la información y en esa medida y calificación también existen algunos medios. Por fortuna la audiencia empieza a identificar y sabe que ver, leer o escuchar para quedar bien informados. En mi condición de ciudadano de a pie, común y silvestre,  esa ha sido una condición que con el tiempo uno aprende a madurar y ahí es cuando las preferencias marcan en los medios de información serios y veraces.

Los informativos siempre abren con noticias importantes que luego van perdiendo interés en la audiencia porque cuando deberían presentar avances en su desarrollo la repiten, de manera que nada nuevo incorporan a su contenido hasta hacer que la misma pierda importancia.   Historias de crímenes, suicidios, violaciones, lesiones y decesos en accidentes de tránsito por alcohol o drogas,  riñas,  hurtos y violencia doméstica o intrafamiliar son el pan de cada día   lo que nos hace ver como una sociedad enferma que no logra convivir en paz. Y estas que deberían ser las excepciones se convierten en la regla general y por ello, cuando en un municipio van varios días sin uno de estos sucesos, la noticia se convierte en nacional, cuando esta debería ser la regla general.

Cuando uno habla con personas del común que sin conocer del oficio del periodismo, se atreven a decir que están cansados de este tipo de noticieros, se pregunta si es necesario el detalle amarillista para cautivar audiencia o si priman otros intereses, porque para nuestra sorpresa, todos los días se conocen más personas que optan por no ver, leer o escuchar noticias y como muchos aducen, es mejor estar desinformados por esta razón, que estarlo por hacer lo que permanente y diariamente los atormenta y llena de tristeza. También es muy recurrente que durante una semana entera se hable del mismo tema y que además los que nos atrevemos a escribir, opinemos sobre lo mismo de la semana y que no haya otra alternativa de lectura.

Finalmente produce nostalgia que una patria como la nuestra se nutra de información negativa en un inmenso porcentaje, cuando tenemos las maravillas naturales más hermosas del mundo, las riquezas más grandes del planeta, las reservas hídricas y ambientales más envidiables del globo terráqueo; las mujeres más divinas del universo y una gran mayoría de colombianos buenos que con tesón y constancia siempre quiere salir adelante y haciendo las cosas bien.