La firma de consultoría de comunicación, marketing digital y asuntos públicos LLYC dio a conocer el estudio “The Hidden Drug” sobre el poder adictivo de la polarización del debate público en Iberoamérica y Estados Unidos. Para el efecto, procesó más de 600 millones de mensajes en redes sociales, recogidos entre el 1 de septiembre de 2017 y el 31 de agosto de 2022.

De acuerdo con el estudio de LLYC, el nivel de polarización en Iberoamérica ha crecido casi un 40% en los últimos 5 años. Desde la llegada de la pandemia del COVID-19, el nivel de involucramiento o engagement en conversaciones polarizantes crece a niveles de 8% al año en Iberoamérica y hasta 15% en EE. UU.

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En Colombia, los derechos humanos y el aborto son los temas que más polarizan a la sociedad; el racismo y la libertad de expresión ocupan el tercer y cuarto lugar; la inmigración es el que menos polarización genera: un 74% menos que en el resto de países de Latinoamérica.

El trabajo de LLYC -en colaboración con expertos como Mariano Sigman, neurocientífico y autor de «El poder de las palabras»; Patricia Fernández, psicóloga Clínica del Hospital Ramón y Cajal; y Belén Carrasco, investigadora senior y directora adjunta de Eyes on Russia, Centre for Information Resilience- demuestra que la adicción a las redes sociales alcanza en determinados casos el rango de droga, “una droga escondida tras la aparente normalidad del uso de estas plataformas digitales”, con síntomas como “la pérdida de control, la absorción a nivel mental o la alteración grave del funcionamiento diario de la persona”.

El socio fundador y presidente de LLYC, José Antonio Llorente, plantea la necesidad de realizar una campaña global para crear “espacios de conciliación, relajamiento y pausa para encontrar un camino de salida a esta situación”, refiriéndose a que las personas ven normal su adicción a las redes sociales y a la polarización, cuando está demostrado que “la polarización impide encontrar consensos y puntos de encuentro entre las personas”.

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El neurocientífico y autor de “El poder de las palabras”, Mariano Sigman, habla del alto riesgo de una adicción como la polarización, llevando a que un grupo no pueda entender las ideas del otro, resolviendo el problema matándolo.

Vivimos en una sociedad adicta al conflicto, una adicción que se ve potenciada por el uso de redes sociales que ayudan a reforzar nuestras propias opiniones y prejuicios, alejándonos del consenso general. Más allá de los datos, que son muy reveladores, el principal valor de The Hidden Drug es invitarnos a todos a reflexionar y a encontrar espacios de diálogo y conciliación con los otros”, agrega David González Natal, socio y director General de la Región Norte de LLYC.

La iniciativa de LLYC es bienvenida por ser absolutamente necesaria en momentos en que se habla de “Paz Total”, pues el conflicto trasciende a los grupos armados y llega a los computadores y celulares de cientos de miles de usuarios que hacen su guerra desde las trincheras de sus redes sociales.