Espectáculos calificados de “deprimentes” como los de la Asamblea de Antioquia, donde miembros de la llamada “coalición de gobierno de 15” se enfrentan con los otros 11 diputados con amenazas de denunciar mutuamente logros burocráticos en la Contraloría y en la Administración Departamental, ponen sobre el tapete el problema del tráfico de influencias.

César Eugenio Martínez, secretario del Partido Conservador de Antioquia, habla de su tipificación como delito, y de la hipocresía y la doble moral de la clase política colombiana a la que le queda definitivamente imposible ocultar el poder que les representa la burocracia. Dice en SINERGIA INFORMATIVA que es necesario modificar la normatividad para que los funcionarios y servidores públicos no hagan política a escondidas. Espera que no nieguen lo que es visible e, incluso, necesario: trabajar con los amigos.