Por: Balmore Gonzalez Mira
Los colombianos contamos con la bendición suprema de tener de todo un poco en las vastas y diferentes regiones de nuestra nutrida geografía y cuando nos antojamos de algo bien atractivo, no es ni siquiera necesario salir de nuestras fronteras para satisfacer esos deseos. Los antioqueños tenemos varias regiones propias y un vecindario que nos llena de privilegios a la hora de elegir algún destino para visitar como simples turistas o en cualquiera otra condición.
Córdoba por años nos enamoró a los antioqueños con sus playas de Coveñas, San Bernardo del Viento o Moñitos y el paso siempre era obligado por Montería, bien por la vía Caucasia, bien por la de Arboletes, para llegar a esos hermosos lugares. Encontrábamos una ciudad fea, desordenada, que hasta hace 10 años no provocaba la permanencia del visitante, Montería no encontraba su desarrollo y ello hacía que solo las paradisiacas playas y otros atractivos inalcanzables para algunos como Isla Fuerte en el departamento cordobés, fueran la zona agradable para visitar.
Muchos municipios de Córdoba eran notables por su atraso y poca inversión y varios de ellos llegaron inclusive a ocupar tristes lugares nacionales en sus índices de gestión y desarrollo. Sin embargo en la última década viene notándose un acelerado crecimiento de muchas de las regiones cordobesas que he tenido la oportunidad de visitar en estos días; Tierralta y Valencia por ejemplo, me han impactado positivamente y han logrado revivir como el ave fénix después de ser golpeados inclementemente por la violencia. Obras de infraestructura vienen mejorando las condiciones de vida de sus habitantes. El acceso por carretera a estos dos poblados se viene pavimentando a través del Contrato Plan Atrato Gran Darién, lo que sin duda llevará desarrollo acelerado a sus municipios. Con el Gobernador de Córdoba, Edwin Besayle visité una obra trascendental para su departamento y para el Urabá Antioqueño como es el puente sobre el Rio Sinú que se está construyendo para evitar pasar en planchones en la llegada a Valencia, con lo cual su gobierno plantea una solución definitiva para esta población que provee de muchos alimentos a la capital; además de la proyección de la pavimentación de la vía Valencia- San Pedro de Urabá con lo cual se dinamizaría un anillo productivo con Antioquia que ya está en la agenda de los Gobernadores de Antioquia y Córdoba y que es fundamental para las dos subregiones. El Gobernador actual de Córdoba es sin lugar a dudas un servidor público comprometido con el desarrollo de Córdoba. San Bernardo del Viento, Los Córdobas, Puerto Escondido, Moñitos y Canalete vienen adelantando obras que vienen aportando a su desarrollo y que hoy los lleva a proyectar un mejor estar de sus habitantes.
Finalmente me referiré a Montería. Imposible no hacerlo. Una ciudad que de verdad enamora al visitante, cálida como sus habitantes, llena de nuevos centros comerciales, una bella zona rosa, un comercio dinámico, con gran oferta hotelera; una cultura costeña nutrida; vías con pocos trancones y un sendero peatonal y de ciclorutas envidiables que concitaron a su pueblo y al visitante a recorrerlas; una gastronomía encabezada por sus bocachicos, que solo allí existe; un malecón sobre el rio Sinú que cualquiera quisiera disfrutarlo, con el sonido de sus aguas, sus frondosos árboles y las iguanas de diversos colores y tamaños que obligan a parar a mirarlas y las ardillas inofensivas en los arbustos y ese olor caribe inconfundible de la hermosa región. Y como cambian las cosas, ahora de paso hacia San Bernado del Viento o Coveñas no hay que pasar o atravesar por Montería, construyeron una vía circunvalar espectacular que lo saca a uno directamente a la ruta hacia el norte, pero resulta imperdonable no hacerlo y poder disfrutar de las bellezas cordobesas que se exponen en todas las latitudes de lo que hoy es la próspera ciudad capital. Ahora con mayor certeza que nunca puedo afirmar que Córdoba y Montería nos volvieron a enamorar.