Jorge Gómez

Por: Jorge Gómez Gallego

Ya en la primera parte de esta serie, habíamos descrito el fabuloso negocio de la Concesión Pacífico 1, peajes costosos, 50 kilómetros para explotar de los cuales solo construirán 30, valor por kilómetro 6 veces más caro que en Europa o EEUU y en fin, gabelas sin límite.
(VER: «PACÍFICO 1 – PRIMERA PARTE»)

Ocupémonos hoy de los dueños de la empresa que se ganó esa especie de Baloto: Covipacífico. Los dos grandes accionistas son Episol S.A.S., con el 49% de las acciones, e Iridium Concesiones Viarias, filial del grupo español Actividades de Construcción y Servicio –ACS-, con el 40%.

Episol es un vehículo de inversión creado por Corficolombiana, filial del grupo AVAL de Luis Carlos Sarmiento Angulo, quien a su vez es el dueño de cerca del 20% del total de los activos financieros de Colombia que superan hoy los 1.200 billones de pesos (sí, billones con b).

No es un detalle menor que Episol sea la actual socia de Obedrecht en el megacontrato de concesión Ruta del Sol, la multinacional brasilera de la infraestructura cuyo presidente, Marcelo Obedrecht, acaba de ser condenado a 19 años de prisión por los escándalos de corrupción en Petrobras. Si…como lo leen… Es la misma multinacional con líos por blanqueo de dinero en Panamá y con pleitos enormes en el gobierno de Ecuador por incumplimiento de contratos. ¿Será que los Obedrecht que vienen a Colombia son de la rama honrada de la familia? “Dime con quién andas y te diré quién eres”, expresa la sabiduría popular.

Episol S.A.S. es además un vehículo de inversión que bien podría ser el mecanismo mediante el cual Sarmiento Angulo reciba los créditos de su fondo privado de pensiones, es decir, créditos o autopréstamos provenientes de los recursos del ahorro pensional de los colombianos, prohibidos por la ley, pero autorizados por Juanpa, el amigote del magnate financiero que ya cotiza en Wall Street.

El segundo socio, ACS, es una empresa española con negocios de infraestructura, manejo de residuos y actividades ambientales, montajes mecánicos y especulación inmobiliaria en 40 países de Europa, Asia, Australia, Estados Unidos y América Latina, manejando negocios por más de 35.000 millones de Euros y cuya cabeza visible es Florentino Pérez, el mismo que ha sido recibido en Colombia con alfombra roja cada que viene a “desfacer agravios y enderezar entuertos”.

La historia de sus bribonadas es larga y con esas trastadas se podrían escribir varios libros. Muy a vuelo de pájaro, escogimos dos para relatar.

La primera tiene que ver con el Metro de Medellín. Una de las filiales del grupo ACS es Dragados S.A., fruto de la fusión en 1996 de Fomento de Construcciones y Contratas – FCC – y Dragados y Construcciones S.A. A su vez, FCC hizo parte del desastroso Consorcio hispano-alemán Metro-Med, en compañía de las firmas alemanas Siemens A.G., MAN A.G., DYWIDAG más las españolas Entrecanales y Tavora S.A., sociedad que tumbó literalmente a Medellín en una cifra que fue tasada en su momento por el Tribunal Administrativo de Antioquia en US$160 millones.

Este episodio concluyó en 2009 con una conciliación en la que la empresa del Metro de Medellín retiró sus demandas a cambio de que el Consorcio se comprometiera a no continuar con un espurio tribunal internacional de arbitramento en Panamá y ofreciera un cursito de capacitación. Fueron artífices del acuerdo el entonces Alcalde de Medellin Luis Alfredo Ramos y el ex – presidente y hoy Senador Álvaro Uribe y el ex – primer ministro “socialista” de España Felipe González. ¡Y sacaron pecho!

Pero tal vez el mayor escándalo que hayan protagonizado en Colombia las empresas de don Florentino, el actual socio de Pacífico 1, es el muy conocido de Commsa, la Concesión del Magdalena Medio S.A., de la cual hacía parte ACS. El gobierno del entonces presidente Andrés Pastrana adjudicó un contrato de cerca de US$500 millones para construir la vía Tobiagrande – Puerto Salgar y le entregó un anticipo de US$77 millones. Asegurado el anticipo, el concesionario solicitó un cambio de diseño que eliminaba la construcción de 9 túneles, asunto impensable pues con esas especificaciones habían ganado la licitación a otros proponentes. Lo grave del asunto es que cuando el gobierno de Colombia trata de hacer efectiva la póliza de cumplimiento, se encuentra con que no existía tal póliza y que lo que habían anexado para la celebración del contrato era un vulgar borrador. Eso se llama estafa en Colombia, España y en cualquier lugar del mundo.

Al final de largos pleitos, engorrosas y genuflexas gestiones de gobernantes de Colombia y lobby de la diplomacia española en la que estuvo involucrada hasta “su mismísima majestad” el Rey Juan Carlos, se llegó a un deshonroso acuerdo en el que don Florentino y sus socios solamente devolvieron los $ 130.000 millones de pesos que tenían depositados en la fiducia equivalentes al 68% de los pesos que el gobierno les había adelantado en 1997.

Lo más vergonzoso de todo este escándalo, es que don Florentino y su combo quedó habilitado como “gente de bien” para seguir haciendo contratos con el Estado colombiano, al punto que hoy se mueve como Pedro por su casa y toma contratos de fábula como el de Pacífico 1. O si no, vean la vergonzosa foto en la que Santos recibe la camiseta # 1 del Real Madrid y de forma simultánea entrega a don Floro Pacífico 1.

PUBLICACIÓN REVISTA SEMANA: «GOLES Y CEMENTO: LOS NEGOCIOS DE FLORENTINO PÉREZ EN COLOMBIA»

Según esa información de la revista Semana, durante todo el escándalo salieron a relucir las relaciones entre Florentino y “todos los colombianos importantes que han pasado por ese país, incluidos a dos expresidentes -Ernesto Samper, como embajador, y Andrés Pastrana, durante su año sabático- y a la embajadora actual (de ese entonces), Noemí Sanín”.

Para completar el cuadro, los $4.995’000.000 reconocidos o estipulados como comisión de éxito de Pacífico 1, fueron registrados a BONUS -Banca de Inversión S.A.S.- como empresa estructuradora. BONUS es una oscura firma que ayudó a montar los proyectos que llevaron a los Nule a ser los reyes de la contratación corrupta en Bogotá. Por diversos pasillos corre además el rumor que la citada empresa es de propiedad, por interpuestas personas, de Omar Ferreira, quien también, y a través de su firma de abogados Ferreira Ruán, asesoró legalmente en su vertiginoso ascenso a los famosos primos del carrusel de la contratación. Esos casi cinco mil millones de pesos los pagaremos los ciudadanos con nuestros impuestos y con los peajes

Se dan cuenta por qué, queridos lectores, la sabiduría popular afirma que “vaca ladrona, no olvida el portillo”.

Periscopio: Un dato final, esta vía que se justifica como una salida rápida para el transporte terrestre del Valle de Aburrá al Río Cauca por el sur, técnica, económica y ambientalmente ha debido diseñarse por la ruta denominada La Tolva – Piedra Verde –Poblanco, según todos los ingenieros consultados. Pero se hizo por la ruta Primavera – Amagá – Bolombolo, que aunque es más larga y costosa, permite un más fácil cierre financiero al recoger, para el pago de peajes, el tráfico hacia el Suroeste Antioqueño y hacia el Departamento del Chocó.

Antes las vías se trazaban para que pasaran por las fincas de los notables, que eran los terratenientes. Hoy se trazan por donde le produzcan una mayor renta a los “notables” de hoy, que son los monopolios financieros y de la infraestructura.