Rodolfo Correa

Los Derechos Emergentes son un grupo de derechos que aunque no están reconocidos en los textos constitucionales o legislativos, han emergido de las necesidades y prácticas sociales como justas reivindicaciones que pretenden detener los nefastos efectos de la globalización neoliberal.

 

Una globalización que resulta excluyente, que pretende mundializar una sola clase capitalista, es decir, pretende que exista una única clase capitalista global, que pretende globalizar la pobreza, el desempleo y que tiene como uno de sus principales estandartes la flexibilización de los derechos laborales generando incertidumbre y arbitrariedad en la vida de los trabajadores. Estos  nuevos derechos, están orientados a garantizar la erradicación de la pobreza y el hambre extrema, el acceso a la información pública y privada, el acceso público y gratuito a la Internet, el derecho a la tecnología, a gozar de las ventajas de las innovaciones científicas, el derecho a gozar de la ciudad, a un espacio público estéticamente admirable, el derecho a la conversión de la ciudad marginal en una ciudad de ciudadanía, el derecho al pleno y efectivo acceso a los servicios públicos domiciliarios, el derecho a la renta básica, permanente y móvil. El derecho a gozar de nuestra existencia en condiciones de bienestar, a vivir con calidad, a vivir con dignidad.

 

Esta resulta ser una propuesta interesante para nutrir el debate político y jurídico en el marco de la campaña presidencial que se avecina. Es más, debería ser una de las banderas del liberalismo, del liberalismo renovado. Un liberalismo que a los nuevos retos propone nuevas soluciones, no un partido que vive anquilosado y esperanzado en la fama  de sus viejas glorias, que por cierto sólo recordamos los liberales porque hemos dejado de difundirlas.

 

Desde esta tribuna de opinión procederemos, en las próximas semanas a exponer el contenido de cada uno de estos derechos que resultan tan vigentes en los tiempos modernos.