
El río Medellín lleva años abandonado a su suerte. El Alcalde anterior suspendió los contratos que permitían dar mayor velocidad al agua, impedir que se acumularan lodos, retirar dos mil toneladas de sedimento, mejorar su arborización y recuperar las zonas.
En ese momento parecía que el alcalde tenía un plan B, un mejor proyecto, una propuesta transformadora, algo descrestador; pero no fue así. El río pasó a un segundo plano, fue abandonado a su suerte.
Por supuesto que lo que pretende hacer E.P.M. en Bello, montar la planta de tratamiento de aguas residuales, es muy importante para el río y para los habitantes del Valle de Aburrá. Pero esto no justifica la falta de liderazgo y de inversión por parte del Área Metropolitana para recuperar el río Medellín.
El Área debe asumir la función legal de regular el transporte en su territorio. Los diez municipios tienen un ente rector y no pueden seguir tomando medidas de movilidad y transporte sin tener en cuenta a sus municipios vecinos. El Área debe ser protagonista en la búsqueda y el posterior logro de un sistema intregrado de transporte que mejore radicalmente la movilidad y que reduzca satisfactoriamente el daño ambiental, mejorando de paso el aire que respiramos cada cuatro segundos.
En temas como la concesión del río, el segundo tramo de la vía distribuidora, la ampliación de la Regional Norte, la nueva vía a El Guacal, los cuatro kilómetros de la Ochenta hasta el Túnel de Occidente, el Área debe ser actor principal, debe liderar su desarrollo, motivar al sector privado, comprometer a las autoridades locales, regionales y nacionales.
En el campo ambiental, al ser autoridad Metropolitana, está obligada a comprometerse más con el medio ambiente, a ser más responsable, a mostrar mejores resultados y a tener unas relaciones más fluidas con Corantioquia y la Secretaría del Medio Ambiente.
No es bueno para el medio ambiente tener los recursos en bancos. No es sano que en estos momentos no se hayan firmado los convenios por más de 16 mil millones de peso con la Secretaría del Medio Ambiente, poniendo en riesgo o atrasando la ejecución de los convenios.
Al Área también compete el desarrollo sostenible de los municipios diferentes a Medellín, siempre y cuando estos se acompañen de racionalidad, ya que más del 80 por ciento del presupuesto lo pone la ciudad capital y ella espera que también se le invierta.