Por: Fabio Humberto Rivera Rivera

Concejal de Medellín 

 

Los paisas amamos y respetamos el Himno Antioqueño, lo cantamos con igual o mayor fuerza que el Himno Nacional, somos orgullosos del humor que ha roto las fronteras, saboreamos la bandeja paisa aunque el colesterol nos esté matando, disfrutamos del desfile de mitos y leyendas y nos gozamos la Feria de las Flores en el momento de mostrar al mundo el hermoso desfile de silleteros. 

Somos regionalistas a morir, acompañamos con pasión al Atlético Nacional y al Deportivo Independiente Medellín, "chicaniamos"con Cochise y adoramos a Juanes, modernirzamos los aeropuertos sin olvidar las mulas y la arriería. 

 

 Hablamos de nuestra pujanza en todas partes sin importar que hoy nos superan otras ciudades y regiones, alardeamos del Metro, de las Empresas Públicas y de nuestro café, disfrutamos por igual a Beethoven y a Darío Gómez.

 

  Reconocemos que también somos intolerantes y violentos, aún tenemos rezagos del machismo que tanto daño nos ha hecho y se mantiene vigente aunque con menos fuerza la actitud impulsada por la frase que decían nuestros abuelos "la letra con sangre entra" 

 

Muchos somos federalistas, quisiéramos que Antioquia fuera una Nación independiente, como mínimo una región autónoma como Cataluña en España, o como un estado federado.  

 

Qué rico sería Antioquia federal, o mejor, qué bueno sería para los seis millones de habitantes si Colombia permitiera bajarse de ese centralismo asfixiante y corrupto para que de acuerdo con la madurez de nuestros departamentos se conviertieran en comunidades autónomas, para así entrar a resolver los problemas de desigualdad, inequidad, pobreza y miseria que hay en Antioquia y en su ciudad capital. 

 

La discusión sobre el himno, el humor paisa y nuestra cultura debe llevarnos a reclamar un cambio radical en la estructura del estado que entregue la autonomía que se requiere en nuestras ciudades y en todas las regiones del país, para aprovechar las ventajas competitivas de nuestro territorio y de sus gentes con toda su historia, sus costumbres y su cultura.

 

 Los paisas nos deslumbramos con las luces navideñas que las E.P.M regala a la ciudad, al departamento, al país y al mundo cada año, desde hace mucho tiempo.  

 

Cada alcalde ha venido mejorando para orgullo de los paisas el diseño del alumbrado navideño, el que en principio tuvo su mayor impacto en la Avenida La Playa y en el Pueblito Paisa. Sergio Naranjo lo llevó al río, Luis Pérez a Los Pies Descalzos, al Parque de la Luz y a La Alpujarra. Fajardo lo amplió al Centro y lo llevó a los parques centrales de los barrios, Alonso Salazar preserva estos avances, crece en parques y se la juega con una hermosa iluminación en la Avenida Las Palmas que dará mucho de qué hablar a propios y a extraños. 

 

Como podemos concluir, son muchos los ingredientes que forman parte de nuestra cultura. Algunos de ellos no deben estimularse, pero la mayoría deben protegerse, estimularse y no maltratarse por nuestros gobernantes. 

 

Tenemos muchas razones para querer a Antioquia, pero tendríamos aún más si fuéramos una comunidad autónoma que pudiera resolver la mayoría de los problemas, sin tener que esperar a que el Gobierno Nacional de manera cicatera apruebe los recursos para los diferentes proyectos que saquen a nuestra región del gran atraso que hoy tenemos que soportar.