Por: Gabriel Zapata
En treinta años de historia, la carretera había descendido unos 50 metros producto de la inestabilidad del terreno. Quienes poseen el seguimiento y los registros sobre este tema, recuerdan que el primer reporte de prensa que se conoció sobre el hundimiento del kilómetro 10 + 700 en la vía al Corregimiento Santa Helena, se dio en el año 1.984 y que de allí en adelante, es decir, durante 27 años consecutivos, el número de cierres, noticias y reportes que generó el desplazamiento de la montaña, fueron incontables. Año tras año, las administraciones locales de casi tres décadas lucharon por entregar una solución definitiva a un problema geológico enquistado, que dejó saldos trágicos en muertos y heridos; daños en vehículos públicos y particulares; perdidas millonarias al transporte y a la región del centro oriente de Medellín; afectación a los campesinos e inversiones infructuosas que terminaron en desesperanza cada que el montículo volvía a hacerse sentir con sus aguas profundas.
Por los años de padecimiento, por el impacto generado en esta importante vía que conduce al oriente del departamento, le debemos a la ingeniería antioqueña y a la Administración del Gobernador Luis Alfredo Ramos, un merecido y justo reconocimiento, pues esta vez los siete mil millones de pesos invertidos, fueron efectivos para que la Concesión Túnel Aburrá – Oriente construyera en Santa Helena, 375 metros de túnel a 150 metros de profundidad, en conclusión la primera galería drenante hecha en el departamento para evacuar las aguas perdidas en la franja montañosa.
Gracias a esta magnífica obra que los habitantes de la zona y los viajeros disfrutan desde hace un mes, las perspectivas para el corregimiento floricultor, tierra de silleteros, patrimonio cultural de Antioquia, no podrían ser mejores. Con una vía en perfecto estado, en la cual fue necesaria la restitución de 220 metros lineales, los campesinos de la región se aprestan a vivir este año la mejor Feria de las Flores, lo que sin duda atraerá a muchos más turistas interesados en conocer la idiosincrasia de una región ataviada de reservas forestales, lagunas, humedales y lindos paisajes.
Con el reestablecimiento de la vía, lo que se le devolvió a la tierra que une al Valle de Aburrá con el de San Nicolás, no es de poca monta, pues esta zona representa una ciudad – región de gran prosperidad y atractivo, en donde tienen asiento instituciones como Comfenalco y su Parque Ecológico Piedras Blancas, donde se localiza la primera represa para el abastecimiento de agua potable que tuvo Medellín, y además la Universidad Nacional de Colombia, con sus sedes Agrícola y Forestal.
En el trabajoso kilómetro 10+700, se estimaba que debían invertirse 90 mil millones de pesos y la ingeniería paisa, pudo resolverlo con 83 mil millones de pesos menos, lo que significa otro logro de grandes magnitudes. No obstante, hay claridad en que se realizarán obras adicionales como la construcción de un muro de 20 0 30 metros para evitar accidentes y por supuesto una vigilancia permanente sobre esta vía que le ha generado agudos dolores de cabeza a muchas autoridades de turno, pero que al parecer, por fin encontró ingeniería competente y voluntad política para solucionarlo.